Dormir poco provoca que las grasas se acumulen en tus vísceras

La grasa visceral es la más peligrosa y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares

Pasarte una noche sin dormir. Dormir menos de lo que deberías. Descansar inadecuadamente porque sueles despertarte en mitad de la noche para mear o sin motivo aparente. Todas ellas son manifestaciones de un mismo mal: la higiene del sueño deficiente. Una problemática que disminuye tu rendimiento cognitivo, altera tu estado anímico, dificulta tu control emocional, reduce tu producción de hormonas, descompensa los niveles de glucosa en la sangre y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Ahora, y tras un estudio de científicos estadounidenses, puedes añadir otro efecto a la lista: más acumulación de grasa visceral.

Y no es cualquier cosa. La grasa visceral es la grasa que se acumula en el interior del vientre alrededor de los órganos de tu sistema digestivo, hecho que incrementa considerablemente el peligro de padecer enfermedades cardiovasculares y metabólicas. En concreto, y según esta investigación, cuyos resultados han sido publicados en la revista especializada Journal of American College of Cardiology, "la falta de sueño está relacionada con un incremento del 9% del área de grasa abdominal total y con un incremento del 11% en la grasa visceral abdominal". Es una proporción lo suficientemente significativa como para tenerlo en consideración.

No es suficiente con reducir la ingesta calórica

En palabras del cardiólogo Virend Somers, de la Clínica Mayo en Minnesota, "el sueño inadecuado parece redirigir la grasa al comportamiento visceral más peligroso". Además, hay otros dos descubrimientos de la investigación que empeoran aún más las cosas. El primero de ellos es que, incluso cuando las personas comienzan a dormir bien y reducen la ingesta calórica, la grasa abdominal sigue aumentando. Como dicen los propios autores del estudio, "esto sugiere que el sueño inadecuado es un desencadenante previamente no reconocido de la acumulación de grasa visceral y que recuperar el sueño, al menos a corto plazo, no revierte el fenómeno".

El segundo descubrimiento está íntimamente relacionado con el primero: la grasa visceral es la más difícil de eliminar, sean cuales sean los métodos que escojas para intentarlo. Esto implica que una mala temporada de dormir mal, unos simples meses con una lamentable higiene del sueño, pueden disparar un proceso interno de acumulación de grasa visceral que aumente el riesgo de que padezcas "diabetes tipo 2, colesterol, hipertensión y elevación de los triglicéridos", fenómenos vinculados a los accidentes cardiovasculares, a los accidentes cerebrovasculares, la apnea del sueño o el cáncer colorrectal. Tienes que protegerte.

Una buena higiene del sueño

Y el primer paso es comenzar a dormir bien. Cuanto antes mejor. Desconecta de las pantallas dos horas antes de irte a la cama, consume cenas ligeras e intenta alcanzar las ocho horas diarias de descanso. Con esto tendrás mucho ganado. Aún así, hay unas cuantas conductas más que debes evitar para espantar la grasa visceral de tu vida: las dietas hipercalóricas y ricas en grasas saturadas y azúcares, el sedentarismo, el trabajo por turnos y el uso excesivo de dispositivos electrónicos. Ninguna de ellas ayuda. Quizá ahora nada de esto te preocupa demasiado, pero podría marcar la diferencia en unos años. Piensa en tu yo del futuro.