La mala prensa de Shein no es nueva. Desde hace un par de años, la mayoría de personas sabemos que es una marca que representa el “fast-fashion” en su máxima expresión. Cualquier modelito que esté en tendencia lo puedes conseguir barato y rápido en Shein. Y a pesar de que el cambio climático está ya afectando cada vez más nuestro día a día, parece que todo es culpa de políticos y empresas. Nosotrxs mientras, podemos seguir comprando compulsivamente los últimos ‘cargos’ de moda, a pesar de que ya tengamos otros tres pantalones en el armario. La pregunta que nos hacemos es: ¿por qué seguimos comprando en Shein y por qué la empresa sigue en imparable ascenso?
Una camisa para salir, unos tejanos para la cena de empresa, un vestido porque me da la gana... Es muy tentador darle al botoncito de compras y tener algo nuevo cada semana. Según nos cuenta The Guardian, Shein es la marca de ropa más buscada en Google del mundo, el mayor minorista de moda rápida por ventas en EE. UU. y una de las aplicaciones de compras más populares del mundo. En su mayoría son productos hechos totalmente de plástico. Estamos hablando de porcentajes como del 91% de poliéster y 9% elastano (100 % plástico).
La industria de la moda rápida tiene sello español. No nos puede sorprender: todo empezó con Zara. Fue Amancio Ortega quien implementó un sistema de producción y de diseño de la ropa que pronto inundó todos los armarios del mundo. Pero parece que Shein va a marcar un nuevo hito en el mundo de la moda. Otra vez, según el periódico británico, la empresa produce prendas a un ritmo incomprensible para sus predecesores.
Como ejemplo, en un reciente período de 12 meses, Gap, H & M y Zara enumeraron entre 12.000 y 35.000 nuevos productos en sus sitios web, mientras que Shein enumeró 1,3 millones. El año pasado, la compañía generó 22.000 millones de dólares en ingresos, una estadística asombrosa para una corporación que existe en su forma actual desde hace menos de una década.
#SheinHaul
¿Su éxito? Reside a su gran público en redes sociales como TikTok. La etiqueta mostrando hauls de la tienda china tiene millones de visualizaciones. Y sus precios son imbatibles: es baratísimo comprar allí. Y a nosotrxs solo nos hace falta hacer algunas trampas mentales para terminar comprando sin culpa. “Las marcas sostenibles son muy caras, por qué no critican a otras empresas”, etcétera. Lo cierto es que Shein se está llevando la gran parte de la crítica cuando es un problema sistémico que llevamos arrastrando desde hace décadas. Si fuese estadounidense, quizá los medios la estarían llamando como un emprendimiento exitoso. Pero su gran crecimiento no puede sino preocuparnos.
La industria textil es responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). Mientras que la producción de una sola camiseta de algodón puede requerir hasta 2,700 litros de agua, según la Alianza de la Moda Sostenible. Da para pensar.