Los millonarios están comprándose islas privadas para pasar el verano lejos del covid

"El negocio ha aumentado un 50%", explica un portal inmobiliario dedicado al lujo isleño. Venden islas que van desde los 150.000 dólares, más baratas que tu piso, hasta los 150 millones

Durante el confinamiento, las cuatro paredes de nuestras casas se nos hacían cada vez más y más pequeñas. Las únicas formas de escapar consistían en ir a comprar, tirar la basura, asomarnos al balcón si tenemos y rezar para que llegasen pronto las franjas de paseo. Pero claro, eso solo para la gran mayoría de personas que vivimos de un sueldo y no tenemos un millón disponible en nuestro banco para comprar una isla.

Como asegura la empresa Private Islands, dedicada al mercado de la compra-venta de islas, es una tendencia al alza por el riesgo de confinamiento: millonarios que compran una isla para huir del covid y que no se les hiciera demasiado pesado el encierro. “El negocio de islas privadas ha aumentado un 50%”, explica este exclusivo portal inmobiliario. Sin embargo, fue con la llegada del calor y el verano cuando empezaron las ventas.

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¿Los precios de estas islas? Depende. Si alquilas una de las opciones por las que están tirando los más sensatxs que no quieren cargar con la propiedad de un trozo de tierra que, según expertos inmobiliarios, es muy difícil de revender, cada noche te puede salir desde 3.000 euros hasta las seis cifras. Si compras, los precios son igual de variables, y puede irse desde lo que vale un piso en el extrarradio de Madrid a más de 100 millones. Por ejemplo, una de las primeras islas compradas en este boom inmobiliario de lujo es la Horse Island. “Por 5,5 millones de euros, un comprador anónimo se hizo con la propiedad de la Horse Island, una isla en el suroeste de Irlanda”, explica Private Islands.

Esta isla refleja el precio medio de este tipo de propiedades. En Irlanda, de nuevo, está una la Mannions Island, una de las más baratas jamás vendidas, cuyo propietario la adquirió por 167.000 dólares, un precio impensablemente barato hasta para un piso de 70 metros cuadrados en el centro de cualquier capital española. Por un precio similar está la JD 181, en Canadá, que cuesta 200.000 y sigue en venta.

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Pero en el otro extremo está la isla de Tagomago, en la costa de Ibiza, y que, con 600.000 metros cuadrados se vende, desde hace un mes que salió al mercado, al precio de 150 millones de euros. Como explica isla de Tagomago, la agencia de islas privadas que gestiona la posible compra de Tagomago, los propietarios de cualquier isla privada se tienen que comprometer a cuidar de su ecosistema. Lo venden como una oportunidad ideal: allá donde no llegan las ayudas de los gobiernos, una venta privada logrará conservar un ecosistema.

Eso, claro, según su teoría, porque Tagomago podría ser, perfectamente, un parque natural balear, como lo son consideradas otras islas, y sin embargo es una propiedad privada inaccesible para los vecinos, cuyo ecosistema ya ha sido alterado con la construcción de una mansión donde han veraneado muchos famosos, como Cristiano Ronaldo y Justin Bieber y un aeropuerto privado, con el consecuente impacto medioambiental que tiene la aviación privada.

La venta de islas es una cara más del lucrativo mercado inmobiliario de lujo basado principalmente en la compra-venta de mansiones y pisos de alto standing, que, aunque tenga islas a precios más bajos que un piso barcelonés, están enfocadas, obviamente, a millonarios: ¿quién, sino, podría viajar constantemente a estas islas, inaccesibles sin transporte marítimo o aéreo privado, y construir en ellas? Un capricho más de aquellos que pueden permitírselo, comprar un trozo de naturaleza para hacer lo que quieras con él, sin apenas restricciones, desde dejarlo virgen, hasta construir un resort gigante y artificial. Quien paga elige.

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