Tu existencia tiene más sentido del que crees: así puede ayudarte el llamado "propuesto cósmico"

Algunxs autorxs defienden que, como inteligencia consciente, eres los ojos del universo para contemplarse a sí mismo

La compresión humana de la realidad se encuentra extraordinariamente limitada. En ese sentido, y como explica el neurocientífico cognitivo Bobby Azarian, eres incapaz, como cualquier otra persona, de determinar con certeza si la evolución del universo tiene lugar de manera aleatoria o como consecuencia de un propósito mayor. No obstante, añade, "todo el cosmos parece estar inevitablemente evolucionando hacia un estado objetivo futuro de la misma manera que una semilla se convierte en un árbol". Todo cada vez más complejo. Del electrón y el quark a la conciencia inteligente de la que tú disfrutas y que te permite contemplar y comprender el propio universo que habitas.

De hecho, Azarian recurre a una popular teoría del divulgador científico Carl Sagan: los seres humanos, conscientes, capaces de analizar y entender cuanto existe dentro de sus posibilidades, serían algo así como los ojos del universo, la herramienta a través del cual este puede observarse a sí mismo. Después de todo, estás compuesto de los mismos elementos químicos que todo lo demás. Eres el universo. Su parte autoconsciente. En palabras del neurocientífico, "la postura teleológica es simplemente la posición que uno toma una vez se da cuenta de que la vida inteligente es muy importante para el universo y de que esta importancia le da a la humanidad un propósito cósmico".

Tu existencia tiene un objetivo claro

Y eso te incluye a ti. En concreto, y siempre según Azarian, el propósito cósmico de cualquier humano es persistir para darle estabilidad al universo y permitir que este continúe contemplándose. Y para ello tienes que combatir la segunda ley de la termodinámica, para muchxs científicxs la más importante de las leyes físicas, que establece que todo sistema cerrado (y el universo lo es) tiende al desorden a menos que se utilice energía para construir orden. Tu cuerpo, por ejemplo, se desordenaría y moriría si no consumieses energía a través de la comida para ordenarlo mediante reacciones químicas. No es algo místico. Es ciencia. Sobrevivir no es automático. Requiere mucho trabajo.

Pero resulta muy diferente hacerlo desde la ignorancia que hacerlo desde el convencimiento de que ese trabajo, esa supervivencia, tiene un valor más allá de simplemente retrasar tu muerte. En palabras de Azarian, "una comprensión del marco científico y filosófico del que surge la postura teleológica ampliará tu conciencia, aumentará tu compasión y proyectará un glaseado psicodélico sobre la realidad". Es una posibilidad de filosofía vital entre otras muchas, y puede resonarte más o puede resonarte menos. Eso es algo muy personal. Pero es evidente que te sientes mejor cuando asimilas que tu existencia tiene un objetivo. Si la idea de ser la automirada del cosmos no te sirve, busca otra. Pero huye del vacío existencial.