Tu cerebro infravalora lo mucho que disfrutas de no hacer nada

Eso explica por qué tienes tanta predisposición a pillar el móvil al mínimo síntoma de aburrimiento

No hacer nada tiene muchos beneficios para tu salud mental. Ese aburrimiento que surge de la mera contemplación, del estar tumbado o sentado sin ningún entretenimiento entre manos, potencia la recuperación de recuerdos, la creatividad, la serenidad, la atención plena e incluso la conexión con otras personas. Limpia tu cerebro. Lo pone a punto. Cosa que no puedes hacer cuando andas saltando de estímulo en estímulo, de serie en serie, de red social en red social, compulsivamente todo el santo día. Pero hay una razón por la cual eres incapaz de hacer hueco en tu vida para el acto de no hacer nada: sientes que lo disfrutarás mucho menos de lo que en realidad lo harías.

Es la conclusión de una investigación publicada recientemente en la revista especializada Journal of Experimental Psychology. Tal como explica la psicóloga Holly Parker, de la Universidad de Harvard, "los resultados revelaron una tendencia de las personas a subestimar lo satisfactorio y absorbente que sería detenerse y reflexionar". Y no, no es que el no hacer nada fuera la panacea y les hiciera disfrutar tanto como el episodio final season de su serie favorita o una sesión de sexo. Simplemente no era tan desesperante como habían imaginado. En palabras de esta experta, "sacaron más provecho del que esperaban". Y le ocurría a prácticamente todas las personas analizadas.

Prueba a conectar con tu interior

En ese sentido, añade Parker en su artículo, "tiene sentido que la gente tienda a preferir consumir entretenimientos en lugar de reflexionar" y ponerse en modo contemplativo. Tu cerebro, a causa de la dopamina, sobrevalora el placer que te proporcionará meterte en Twitter o ponerte el enésimo vídeo en Youtube, mientras que infravalora el placer de la tranquilidad. Bajo esas percepciones erróneas, ¿cómo no vas a priorizar engancharte a todos esos ocios digitales a quedarte quieto al solecito viendo la vida pasar? Tus matemáticas mentales reman muy a favor de lo primero. Aunque lxs investigadorxs no saben muy bien por qué tienen lugar estos errores de juicio tan comunes.

No obstante, el hecho de no conocer el origen de este fenómeno no significa que debas continuar cayendo en él. Ahora eres consciente. Ahora estás al tanto de los increíbles beneficios de la contemplación plena y de que es mucho más agradable de lo que tu cerebro quiere hacerte creer. Así que, escribe Parker, "la próxima vez que estés esperando en algún lugar, ya sea en la cola de la tienda, al teléfono, en un tren, en tu coche o en cualquier otro sitio, intenta no sacar tu teléfono del bolsillo y observa qué sucede si te das la oportunidad de mirar hacia dentro y reflexionar". Piérdete en tu interior. Bucea en lo que tienes ahí. Reconecta contigo de verdad.