En ocasiones, los traumas o daños psicológicos por experiencias pasadas nos hacen aislarnos o dejar de exponernos a la acción y las decisiones que conllevan riesgos. Pero hay quien hace de la huida y el aislamiento su forma de ser, personalidades marcadas por una gran inseguridad y autocrítica que hacen de la evitación su modus vivendi. En algunos de los casos más extremos, estamos ante un trastorno de personalidad por evitación.
Explica La Mente es Maravillosa en un artículo reciente que este trastorno, que afectaría a un 3% de la población especialmente sensible y cautelosa, fue definido por primera vez a principios del siglo XX por los psiquiatras y eugenistas Breuler y Kretschmer. Ojo, que los eugenistas defendían un modelo de sociedad que manipulara la genética para mejorar las características de los humanos y fue una de las bases del nazismo, pero estos estudios tuvieron validez para estudiar enfermedades y trastornos mentales.
Principales síntomas
La personalidad evasiva se define como una forma de ansiedad social donde la autoestima es tan baja que la persona acaba dejando se ser funcional en la sociedad. Entre las personas con este trastorno, predomina la sensación de que siempre van a ser rechazados hagan lo que hagan y se ven como absolutos incompetentes. Combinan ansiedad con tristeza y se acribillan con pensamientos negativos. No solo evitan ciertos pensamientos, sino también emociones y acciones, con tal de no afrontar aquello que les da más miedo.
La terapia psicológica tiene buenos resultados en el tratamiento de este trastorno y sirve para reformular aquellos esquemas aprehendidos que llevan a la disfuncionalidad, para investigar los orígenes de esta conducta evitativa y para evocar las experiencias que causan el malestar. Además, se fortalecen hábitos que ayudan a llevar el día a día con este trastorno, se trabaja en mejorar las habilidades sociales mediante terapias de grupo y en mejorar su autoimagen. Durante la terapia, se hace un seguimiento de la evaluación para mejorar las conductas.
Para que esto suceda, de todos modos, es importante, como en toda terapia, que se establezca una buena relación de confianza entre paciente y terapeuta. Si has detectado que tienes este tipo de trastorno, es importante que busques terapeuta antes de autodiagnosticarte y priorizar ante todo esa relación de confianza que hace que evoluciones y mejores.