Tener buenas conversaciones es un arte. Y, como ocurre en cualquier arte, no todas las personas parten del mismo punto. La genética, la educación y muchas otras cosas condicionan que tan magníficx o desastrosx eres a la hora de conectar con otros seres humanos a través de las palabras. Es así: algunas personas experimentan muchas más conversaciones vacías, incómodas e incluso insufribles por no disponer de las herramientas que se necesitan para evitarlo. La buena noticia es que, independientemente del punto del que partas, y según el pensamiento del coach conversaciones, puedes convertirte en unx crack. Aquí van unos cuantos consejos.
Primero de todo, y en caso de que el encuentro no sea fortuito, prepárate un poco. No estamos hablando de prepararte apuntes y estudiarlos antes de la quedada. Simplemente diseña en tu cabeza una lista de temas o ideas que podrían permitirte conectar con la otra persona. Si tiene que fluir, acabará fluyendo, pero algo de premeditación, un colchón de seguridad, "ayuda a las personas a calmarse". Y desde la calma todo va mucho mejor. En caso de que sea fortuito, Nemko recomienda comenzar con alguna pregunta sencilla. No hace falta que hagas una entrada espectacular con una pregunta espectacular. Solo una amable cuestión.
En ambos casos, parece que ya has hecho lo más difícil, ¿no? Sacar tema de conversación puede, si no tienes mucha confianza con la persona o eres excesivamente tímidx, resultar desafiante. Así que bien por ti. Pero lo más complicado llega ahora: escuchar atentamente. "Si te sientes insegurx en una conversación, es tentador pensar en lo que vas a decir a continuación, pero es importante escuchar bien, con curiosidad, y luego hacer una pregunta de seguimiento o agregar algo a lo que dijo la otra persona". Tira del hilo con discreción. A las personas les gusta ser escuchadas. Pero no lo hagas estratégicamente: hazlo porque es enriquecedor.
No lo son tanto los momentos incómodos. "En algún momento, no sabrás qué decir o sentirás que dijiste algo mundano, si no francamente estúpido", recuerda este especialista. Pero es importante que tengas en cuenta que no importa. De verdad que no importa. Las conversaciones no son matemáticas y no puedes tener unas conversaciones de diez. Aguanta estoicamente esos momentos y, "si puedes tener el sentido del humor para reírte de ti mismx o al menos estar calladx y permitir que la otra persona lo complete, todo estará bien o al menos lo suficientemente bien". Relativa la situación. No olvides que solo es una conversación más.
Por supuesto, en ocasiones las cosas se ponen mucho más difíciles. No es que haya un pequeño vacío o hayas dicho alguna tontería, sino que la has cagado de verdad. Bien porque has soltado algún comentario molesto o porque te has quedado congeladx y avergonzadx sin saber cómo seguir. ¿La solución? "Dar una respuesta breve. Eso es lo opuesto a la tendencia natural de hablar y hablar con la esperanza de poder encontrar una salida. Si has cometido un error, es mejor reírse y decir algo como "me expresé mal" y pasar a algo más seguro". Sin dramas. Lo importante es mostrarse en armonía con lo que ocurre, sea perfecto o no.