Si te vas a dormir tarde, puede que sea culpa de tus genes

La ciencia ha descubierto que tus genes pueden determinar la tendencia a quedarte despierto hasta tarde

Ser madrugador no solo es irse a dormir temprano. Si eres de esas personas que lo ha intentado pero aun así no puedes evitar quedarte hasta tarde despierto haciendo cosas, tenemos que decirte que puede ser tu genética. La ciencia ha descubierto que tus genes pueden determinar la tendencia a quedarte despierto hasta tarde.

Louis Ptáček, profesor de neurología en la Universidad de California en San Francisco, y su colega Ying-Hui Fu han estado investigando cómo ciertos genes influyen en nuestros patrones de sueño. Ellos han identificado una mutación en el gen PER3 que parece ser la culpable. Si tienes esta mutación, tu reloj biológico está fuera de sintonía con los horarios tradicionales. En lugar de sentirte cansado al anochecer, te mantienes alerta, y no es hasta mucho después que logras dormir. Es lo que llaman “fase del sueño retrasada”, y no estás solo.

Todo (o casi todo) viene de familia

En un estudio publicado en la revista Cell, Ptáček y su equipo analizaron a familias con este patrón de sueño nocturno y descubrieron que se hereda de generación en generación. Si tus padres son noctámbulos, es probable que tú también lo seas. El gen PER3, que regula el ritmo circadiano, controla cuándo te sientes despierto o cansado. Con la mutación, simplemente no sientes sueño hasta mucho más tarde.

Pero no es solo este gen el que está involucrado. Otro estudio, dirigido por investigadores del Broad Institute y la Harvard Medical School y publicado en Nature Communications, analizó el ADN de más de 700,000 personas y encontró 351 variantes genéticas que influyen en si eres más nocturno o diurno. Estas variantes no solo afectan a tu ciclo de sueño, sino también a la forma en que tu cuerpo regula la melatonina, esa hormona que te dice cuándo es hora de dormir.

Para quienes viven con esta predisposición genética, adaptarse a los horarios tradicionales de trabajo o estudio puede ser un desafío. Pero hay soluciones. La exposición a la luz brillante por la mañana y evitar las pantallas por la noche son formas de engañar al cuerpo para que ajuste su reloj interno. También puedes recurrir a suplementos de melatonina, que, tomados en el momento adecuado, pueden ayudarte a conciliar el sueño más temprano.

La próxima vez que te encuentres trabajando o disfrutando de una película a las tres de la mañana, recuerda: no eres tú, son tus genes. Es probable que tu cuerpo esté siguiendo un programa muy diferente, y eso, en gran parte, es culpa de la genética.