Señales de que estás atrapadx en narrativas negativas internas

No lo dejes estar. Esos relatos determinan tu lugar en el mundo y tu felicidad

Percibes el mundo a través de tus sentidos pero es tu mente, con su extraordinaria capacidad para generar relatos internos, la que lo dota de sentido. O dicho de otra manera: eres los cuentos que te cuentas sobre el universo, la vida, tú mismx y el resto de personas a tu alrededor. De ahí la importancia de que esas narrativas sean positivas. De lo contrario, se la pasarán boicoteando tu felicidad, tu estado de ánimo y todos los momentos que conformen tu existencia. Steven C. Hayes, profesor de psicología de la Universidad de Nevada, es precisamente especialista en la identificación de narrativas negativas internas y conoce las principales señales que indican que tu cerebro está inundado de ellas.

Para empezar, dice, fíjate en tus comportamientos: si estás inmerso en la repetición de patrones negativos constantemente debe hacer detrás algún relato malsano. Como esas personas que se dejan maltratar psicológicamente en sus relaciones porque piensan que no merecen más. O como aquellas otras que participan muy poquito en los debates porque creen que no tienen nada interesante que aportar. Ningún mal hábito surge de la nada. Siempre hay detrás una historieta mental. Un discurso viciado. Un mensaje equivocado. Solo tienes que prestar atención. Y especialmente a tu uso de las etiquetas. Según Hayes, quienes viven entre narrativas negativas tienden a definirse en exceso a través de ellas.

Pero no todos los relatos negativos internos representan una sentencia de autoculpabilidad. Muchas personas andan enfrascadas todo el rato en narrativas catastrofistas en las que responsabilizan al resto del universo de lo que les pasa. En este sentido, escribe este experto, autor de más de 650 papers científicos, “si todo lo que ves son razones externas a las que culpar de tu miseria, revisa si estás atrapado en una narrativa negativa”. Como que la sociedad es una mierda irreparable, que la humanidad está condenada o que el mundo no es más que una lucha cruel y sin descanso en la que no puedes confiar en nadie. Escarba un poquito. Detrás de tanta queja debe haber una creencia pesimista.

Por último, pero no menos importante, está la falta de voluntad para considerar alternativas. En palabras de Hayes, “cuando estamos atrapados en una narrativa negativa la vida parece muy unilateral: nuestra visión se cierra y nos convencemos de que la realidad es tal como nuestra mente nos dice que es”. Eliminas la posibilidad de que la verdad sea poliédrica. Renuncias a la idea de que las cosas puedan tener sus matices. Te vuelves una persona categórica. Obtusa. Sin esperanza. Y harías bien en trabajarlo para salir de ahí. Después de todo, lo que oyes en tu mente sobre ti y tu mundo “tiene un poderoso impacto en tu bienestar mental”. No te resignes. Tus relatos internos pueden llenarse de luz.