EGOÍSMO. Es una palabra muy potente. Una palabra cruda. Una palabra utilizada habitualmente para dañar. En nuestra sociedad declararte una persona egoísta te convierte en poco menos que un monstruo. Y sin embargo, según defendió en el siglo XX el psicólogo humanista Abraham Maslow, basándose en las teorías del psicoanalista Erich Fromm, deberíamos "distinguir entre el egoísmo malsano, que tiene sus raíces en la pobreza psicológica, el neuroticismo y la codicia, y el egoísmo sano, que tiene sus raíces en la abundancia psicológica", según parafrasea el psicólogo Scott Barry en un artículo para Psychology Today. Ahora bien: ¿cómo lograr hacer esta distinción tan importante?
Utiliza la 'Escala de Egoísmo Saludable'
El propio Barry ha elaborado una guía llamada Escala de Egoísmo Saludable para definir sus principales atributos y ayudarte a diferenciar entre ambas formas de egoísmo. Entre ellos, tener límites saludables, tener mucho autocuidado, tener buena autoestima, no dejar que la gente se aproveche de ti, equilibrar tus necesidades con las de los demás, recargar energías después de dar mucho a los demás, darte el permiso necesario para disfrutar incluso cuando dicho disfrute no aporta nada al resto o priorizar tus propios proyectos por encima de las demandas de otras personas. Aquí tienes un test ideado para medir tu posición en esta escala. Pero responde con total honestidad o no servirá de nada.
Beneficios de practicarlo
Porque verdaderamente necesitas saber en qué punto estás respecto al egoísmo saludable. A fin de cuentas, es una cualidad, o un conjunto de cualidades más bien, que puede aportarte muchos beneficios. Uno de ellos, según investigaciones de Barry y su equipo, es que te ofrece un impulso inigualable de "alta autoestima, bienestar y satisfacción con la vida", además de ser "un fuerte predictor negativo de la depresión". La aleja. Actúa como un escudo contra una de las afecciones psicológicas más comunes hoy en día, tan presente quizá precisamente a causa de la demonización social generalizada del egoísmo como forma de vida. ¿Nos estaremos autodescuidando en la sociedad contemporánea?
Y atentx porque hay más. Según este especialista, "el egoísmo saludable se relaciona positivamente con un sentido de autocompetencia y un auténtico orgullo por los propios logros". Pero un orgullo sano. Nada de arrogancia ni deseos de dominación sobre los demás. Es más, al parecer, este egoísmo sano está relacionado con menor explotación de los demás, menor narcisismo, menor altruismo tóxico, mayor autocompasión y paradójicamente "más probabilidades de preocuparse por los demás y reportar motivos genuinos para ayudar al resto". Y tiene sentido: cuando cuidas de ti, cuando cubres tus necesidades, estás más predispuestx a regalar tiempo y atención que cuando andas necesitadx. Viva el buen egoísmo.