La meditación podría convertirte en un ser más egoísta

Las personas somos muy diferentes entre nosotras y por positiva que sea la meditación no siempre te convertirá en alguien más generoso, al contrario, hay personas a las que podría convertirlas en todavía más egoístas

Vivimos en un mundo cada vez más globalizado y, sin embargo, y afortunadamente, todavía existe una gran diversidad cultural en él. Tanto es así que determinadas prácticas como la meditación, tan popular en estos días, puede tener consecuencias muy diferentes en personas de una cultura tan colectivista como la asiática y en personas de una cultura tan individualista como la occidental. En términos generales, entrenar nuestra atención para alcanzar la atención plena proporciona reducción del estrés y aumento de la autoestima. Pero mientras vuelve a unos más generosos, también vuelve más egoístas a otros.

Así lo demuestra una investigación del psicólogo social Michael J. Poulin, de la Universidad de Buffalo, cuya esencia consistía en evaluar si determinadas personas pensaban en sí mismas en términos independientes -más propio de las culturas americana y europea- o en términos interdependientes -más propio de culturas como la japonesa o la india-, someterlos a una meditación y posteriormente solicitarles ayuda benéfica. Sus resultados probaron que "entre las personas de mentalidad relativamente interdependiente, la breve meditación de atención plena hizo que se volvieran más generosos".

¿Pero qué ocurrió con las personas con una mentalidad más independiente e individualista? Como ya debes haber imaginado, "entre las personas de mentalidad relativamente independiente, la atención plena parecía hacerlas menos generosas con su tiempo". De hecho, estaban menos predispuestas a ayudar -con una tarea consistente en preparar sobres de una hipotética organización benéfica para solicitar donaciones- después de la meditación que antes de realizarla. Y esto nos conduce a una realidad que ignorábamos: esto de la meditación podría no encajar con nuestra mentalidad egoísta.

No obstante, eso no implica que necesites abandonar la meditación. En primer lugar porque el hecho de que vivas en una cultura independiente no significa que tengas necesariamente una mentalidad independiente. ¿Es más probable? Por supuesto, pero dentro de las culturas existen muchas variaciones. Ninguna actitud ni comportamiento procede de un único factor como es la cultura. En segundo lugar, porque, en caso de poseer una mentalidad independiente, meditar podría hacerte algo más egoísta pero también más feliz. Y quizá una estupenda manera de ayudar al mundo sea aportándole armonía y paz.

Y, en tercer lugar y mucho más importante, porque esta mentalidad occidental de pensar en nosotros tan en términos individuales y no colectivos puede trabajarse. En concreto, y según Poulin, podemos conseguirlo a través de una tarea: leer un pasaje que está alterado para tener muchas declaraciones de "nosotros" y "nos". Su equipo de trabajo lo implementó sobre algunos participantes con mentalidad independiente que, luego, meditaron y fueron cuestionados para aportar ayuda benéfica. ¿El resultado? Este simple ejercicio hizo que la meditación los convirtiera en personas más generosas. Por eso debemos conocernos a nosotros mismos.