Te quiero pero tu hipocondría me supera: un especialista te explica cómo tratarles

Las personas con hipocondría pueden llegar a ser irritantes, sin embargo, es importante que su entorno sepa entender su enfermedad y saber cómo ayudarle.

Todos conocemos a un amigo o un familiar que se queja por todo o, al menos, hemos oído hablar de una persona que actúa de esa forma constantemente. Cuando no le duele el pie, le duele la cabeza y, cuando no, el estómago. No hay ni un día en el que no piense que tenga una enfermedad incurable o, llegando al extremo, que se va a morir. Y entonces, nosotros soltamos la frase: "Es que eres un hipocondríaco". Pero, ¿sabemos realmente la gravedad de esta enfermedad?

Utilizamos a la ligera términos como depresión, histeria y ansiedad sin pararnos a pensar cuál es la gravedad que esos términos conllevan. El médico psiquiatra especialista en tratamiento de adicciones, cuadros afectivos, trastornos psicóticos y neurótico, términos como depresiónnos cuenta que muchos términos que se utilizan de forma coloquial no significan lo que pensamos: "La depresión, la histeria y la hipocondría son términos que utilizamos muy a la ligera y lo que hay detrás es más grave. Así como la depresión es una enfermedad que suele ser más fácilmente reconocible y para la que existe un tratamiento especifico, y muchas veces curativo, en la hipocondría nos encontramos un cuadro más heterogéneo, muchas veces difíciles de identificar y difícil de tratar de forma eficaz".

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Según el libro 'Introducción a la psicopatología y la psiquitaríael libro , la hipocondría es "el trastorno que se define por el miedo a tener, o la creencia de que se tiene, una enfermedad física grave basándose en la interpretación errónea de síntomas corporales.  Los síntomas físicos implicados pueden ser sensaciones corporales normales, percepciones aumentadas del funcionamiento fisiológico, o bien pueden estar relacionados con las emociones".

Hay muchas personas que pueden presentar síntomas hipocondríacos, pero lo que es un trastorno hipocondríaco completo no es tan frecuente encontrarlo. "Esto quiere decir que no nos visitan tanto o no vienen tanto a la consulta, a lo mejor van al resto de médicos para hacerse pruebas pero a los psiquiatras, no", explica el doctor Serrano.

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"Los dolores o sensaciones corporales no tienen por qué ser inventados", explica el especialista que apunta que  "los hipocondríacos son personas que se observan demasiado y, además, comienzan a interpretar o temen con lo que puede ser, poniéndose en la peor de las situaciones". Para ellos, "un simple lunar puede ser un melanoma en potencia y una opresión en el pecho un inminente infarto".

Hay que tener claro que por un lado está el trastorno hipocondríaco y, por otro, los síntomas hipocondríacos que pueden aparecer en la depresión, en los trastornos obsesivos e incluso en los trastornos psicóticos. Además, una persona hipocondríaca, si es muy grave, va a serlo siempre: "En el trastorno hipocondríaco como tal, el que no aparece de forma secundaria a otro cuadro clínico, el tratamiento principal es la psicoterapia y, normalmente, le añadimos algún fármaco para ayudarle. Aunque no le cura le tranquiliza un poco y permite trabajar de forma más eficaz en sus diferentes temores".

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"En algunos casos graves, las preocupaciones de los pacientes se vuelven prácticamente certezas y por tanto impiden al paciente seguir manteniendo una vida normal, rozando las ideas delirantes", explica el doctor, "con estas ideas, el paciente tiene la certeza absoluta e irrebatible a cualquier argumento de que lo que piensa es así. En esos casos graves algunos llegan a ingresar".

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Y, ¿cómo se puede ayudar a un hipocondríaco? Serrano detalla que el tratamiento de psicoterapia se basa en exponer al paciente a la situación temida: "le vas creando situaciones en las que le haces imaginar, ver o sentir que tiene esa situación que tanto teme. De esa forma, experimenta la ansiedad y va comprobando que no ocurre nada, le añades técnicas de control de la ansiedad y de relajación. Con esto, das tiempo a que se reestructuren un poco los pensamientos. Es el tratamiento que hay, aunque no es un tratamiento curativo".

En cuanto a los familiares y amigos, el psiquiatra pide "paciencia y comprender bien la enfermedad, porque si no la entiendes es muy fácil que puedas enfadarte. Las familias tienden a decirles lo que tienen que hacer y se molestan porque esa persona vaya mucho al médico o piensen que son cosas de su imaginación". Por tanto, es importante educar a la familia en qué consiste la enfermedad porque "si ellos entienden que no es algo voluntario y que realmente tienen una incapacidad para dejar de actuar así, podrán adoptar otro rol  y predisposición frente al enfermo, acompañándoles en el proceso y no hacerles sentir peor".