Qué es el ‘tercer lugar’ y cómo nos ayuda a ser feliz

El tercer lugar juega un papel clave en la socialización y combate el sentimiento de soledad

Si tienes que resumir tu día a día posiblemente digas que vas de casa al trabajo, y del trabajo a casa. O del instituto/universidad a casa y viceversa. A efectos prácticos puedes decir que te pasas la mayor parte de tu tiempo en estos dos lugares únicamente. Lo que puede hacer que, a veces, te sientas un poco solx, como si no estuvieras viviendo en sociedad.

Es aquí donde entra el tercer lugar. El tercer lugar se trata de esos espacios públicos informales como pueden ser parques, jardines, bares, en definitiva, lugares donde transcurre la vida pública. Aunque parezcan sitios de paso o no los veamos tan relevantes, lo cierto es que son claves para la socialización y en los que puedes notar que vivimos en sociedad.

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Además, se trata de espacios más libres del ocio consumista: es decir, hay mucha gente que dedica su fin de semana a ir al centro comercial. La idea de convertir esos lugares de consumo en un sitio de descanso va con la lógica de alimentar el consumismo social. En cambio, ir a pasear por el parque con tus amigxs se aleja de esa idea y puede ser más gratificante.

Para que un lugar se pueda denominarse ‘tercer lugar’ debe cumplir unas características. Primero de todo debe estar siempre ocupado por las mismas personas de forma regular. Vamos, como el bar de debajo de tu casa donde ya conoces a los parroquianos o lugares como el vestuario de tu gimnasio donde siempre coincides con las señoras de aquagym.

El espacio debe tener como principal objetivo la socialización: debe ser un lugar destinado a reunirse e interactuar. Asimismo tiene una sensación de familiaridad que permite que te sientas cómodx en él y es neutral. Es decir, está libre de jerarquías.

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Tener un tercer lugar, o varios, es muy importante para nuestra salud mental. Se trata de un espacio que nos ayuda a socializar y a sentirnos más vinculados con una comunidad, por lo que el sentimiento de soledad desaparece.

A pesar de que las redes puedan generar esta misma sensación, lo cierto es que es necesario que el tercer lugar sea físico. El motivo es que la interacción cara a cara genera una calidez y una realidad que la virtualidad no tiene, y segundo, porque a diferencia de las redes, los terceros lugares sí crean la sensación de no estar aisladx.

Ahora que ya sabes lo que es el tercer lugar identifica los tuyos y participa de ellos. Ya verás como notas un cambio en tu vida.