Por qué las personas introvertidas se recuperan mucho antes del fracaso

A diferencia de los extrovertidos son menos dependientes de la admiración social y sufren menos los golpes

Tu futuro está lleno de fracasos. No es una condición especial, sino una constante en la vida de toda persona que tenga deseos y expectativas. Una relación sentimental con la que estarás muy ilusionado se derrumbará repentinamente. Un puesto que querrás con todo tu corazón acabará en manos de un compañero. Y un viaje a las islas Reunión se verá para siempre privado por cuestiones económicas. Las formas no importan. Sea de la manera que sea, te llevarás unas cuantas decepciones más. Y el hecho de que seas una persona introvertida puede marcar una diferencia brutal en cómo las encaras y te recuperas de ellas.

Es la conclusión de una investigación llevada a cabo recientemente por científicos de la Universidad de Aix-Marseille, en las cuales se analizaron las actitudes de 80 participantes durante la búsqueda de empleo. Tal y como resume en investigación la psicóloga Susan Krauss, las personas extrovertidas pierden motivación cuando las cosas no van bien, mientras que las personas introvertidas, "cuando no perciben que están progresando, siguen igual de motivados para continuar con la búsqueda como cuando comenzaron". Es como si las malas noticias no afectaran a tu determinación. Sigues adelante como sea.

El drama existe, pero no se magnifica

¿Pero cómo es posible? El especialista Jean-Baptiste Pavani, autor principal del estudio, sugiere que tiene que ver con la dependencia emocional del reconocimiento social. Así, las personas extrovertidas obtienen mucha más recompensa de los éxitos debido al placer que les proporciona la admiración externa. Por el contrario, las personas introvertidas pasan más de esta admiración externa, con lo cual los fracasos son fracasos meramente internos y no suman al drama ninguna pérdida de beneficios sociales. En cierto sentido son más libres. Por eso levantan cabeza con mayor facilidad y se hunden menos.

No obstante, hemos dado por hecho que eres una persona introvertida, pero podrías no serlo. Y en ese caso puede que este descubrimiento no te resulte muy agradable. Es lógico. Pero Krauss propone un enfoque más positivo: "podrías preguntarte, si tienes una gran extroversión, si no valdría la pena moderar tu sociabilidad extrema la próxima vez que intentes algo". O en otras palabras: inspirarte en las personas introvertidas para basar tu idea del éxito o el fracaso en tus propios valores y no en lo que percibirán los demás. Esto hará que los fracasos sean menos fracasos. Retos mucho más asumibles.

Ante todo, inteligencia emocional

En cierta manera, esto implica integrar actitudes introvertidas en tu personalidad extrovertida, lo que suele parecer utópico. Sin embargo, añade esta especialista de la University Massachusetts Amherst, "los hallazgos de estudios anteriores muestran que la personalidad no está integrada en ti al nacer ni incluso en la edad adulta temprana", por lo que puedes moldearla con paciencia y concentración. En cualquier caso, no todo reside en el rasgo extraversión/introversión. Según este mismo estudio, la inteligencia emocional aumenta las probabilidades de reponerse pronto de un fracaso. Sea cual sea tu personalidad.