Esto es lo que ocurre en tu cerebro cuando te gusta una canción

Parecía algo inexplicable, pero no lo es tanto: al parecer la música activa partes de nuestro cerebro de una manera muy especial

En el fondo, y por muy románticos que queramos ponernos, todos sabemos que Friedrich Nietzsche se flipó bastante cuando soltó aquello de "sin música la vida sería un error". Incluso para quienes aman la melodía y el ritmo por encima de todas las cosas, siguen existiendo muchas otras cosas por las que merece la pena eso de vivir. Pero entendemos el mensaje, Friedrich: es una de las experiencias más placenteras al alcance de los seres humanos. Aunque hasta hace bien poquito no sabíamos el motivo. Ahora los científicos Robert Zatorre y Ernest Mas Herrero, ambos de la Universidad McGill, acaban de descifrarlo.

En concreto, y según los resultados de esta investigación, publicados en la revista especializada Journal of Neuroscience, la razón por la que disfrutamos tanto escuchando nuestras canciones favoritas se esconde en la región de nuestro cerebro que alberga el sistema de recompensas del cerebro: el cuerpo estriado. Así lo probaron al someter a diecisiete participantes a canciones pop y observar seguidamente sus cerebros en una máquina de resonancia magnética funcional. De esa manera pudieron descubrir lo que pasaba tanto en el complejo auditivo de los participantes como en el cuerpo estriado. Y no había duda.

Nuestro complejo auditivo y nuestro cuerpo estriado se encuentran conectados cuando escuchamos música.  Pero este no deja de ser sorprendente. Después de todo, y como explican los autores de la investigación, esa parte de nuestros cerebro tan importante llamado cuerpo estriado está programada para liberar dopamina y hacernos sentir mejor cuando completamos tareas que son esenciales para nuestra supervivencia. Entre otras cosas, nos produce placer al consumir alimentos, al calentarnos tras tener mucho frío o al tener relaciones sexuales. En otras palabras: está vinculado a tareas biológicas básicas.

"Sabemos desde hace sesenta y siete años que si coges a una rata muy hambrienta, le das de comer y mides la actividad en el cerebro, el cuerpo estriado responde con mucha fuerza a la sustancia altamente placentera que necesita para sobrevivir", explica Robert Zatorre, coautor del estudio, en las páginas de Inverse. Pero el disfrute de la música no parece ser una necesidad biológica de supervivencia. Al menos en apariencia. ¿Será que Nietzsche tenía razón al fin y al cabo y no podemos vivir sin música? ¿Será que necesitamos de las canciones para sobrevivir en un mundo tan angustioso y asfixiante en ocasiones?

Desde Inverse lo tienen muy claro: "Ya tengas tristeza pandémica o simplemente estés teniendo un mal día, tómate un tiempo para escuchar tu música favorita. La ciencia dice que puede ayudarte a sobrevivir". De hecho, y como dice Zatorre, esos escalofríos que sentimos cuando oímos una canción que nos enamora son los mismos escalofríos que experimenta nuestro cuerpo ante amenazas o cosas placenteras que nos ayudan a sobrevivir. Ahora estos científicos estudian cómo utilizar la música para devolver la motivación y el placer a personas con trastornos del sistema de recompensa como quienes sufren Parkinson. La música al rescate.