Los motivos por los que estás más triste en los meses fríos

Una menor cantidad de luz, una menor actividad física y una menor socialización conspiran para embajonarte

Con octubre comienzan los moods invernales. Poco a poco la vida comienza a entrar en una dinámica muy diferente de la del verano y te notas mucho más triste. No estás solx. Como apunta la psicoterapeuta Katherine Cullen en una publicación para triste, "para algunas personas el bajo estado de ánimo, la poca energía y la pérdida de interés durante los meses de invierno se vuelven tan graves que tienen dificultades para funcionar en el trabajo, en las relaciones o en las actividades básicas de la vida diaria".

Se va el sol, se va la alegría

Y obviamente no es casualidad. Una de las razones principales tiene que ver con la menor exposición a la luz solar. Primero, porque caen las horas de sol diarias debido al hecho de que anochece más temprano. Segundo, porque la lluvia y el frío reducen los planes en la calle que sueles hacer en primavera o en verano. Todo esto se traduce en una cosa: una menor producción de vitamina D en tu organismo, lo que "se ha asociado con un mayor riesgo del estado de ánimo y otras dificultades de salud mental". La química manda.

Pero también es una cuestión de hábitos. En los meses de primavera, así como en los de verano en las zonas donde los termómetros no alcanzan temperaturas demoníacas, sueles pasear mucho más por la ciudad y por los parques, sueles salir más a correr y sueles practicar más ejercicio en general. Y sí, vamos a ser pesados repitiéndotelo: la actividad física regular no afecta únicamente a lo buenx que estás, sino que también influye en tu estado psicológico. Cuando la descuidas comienzan los problemas. En mayúsculas.

El frío te hace quedarte en casa

Por último, está la socialización. Porque no importa cuanto presumas de ser una persona solitaria, no importa cuánto te guste tumbarte a solas en tu sofá a ver episodios y no importa lo bien que estás en casita solx cocinando con música de fondo. Tarde o temprano necesitas del contacto con otros seres humanos para mantenerte cuerdx. Y en otoño, y sobre todo en invierno, "tú y tus amigos sois menos propensos a hacer planes debido al clima, lo que puede deprimir tu estado de ánimo aún más" de lo que ya estaba.

Hasta aquí todo lo malo. Lo bueno es que puedes implementar algunas estrategias para paliar estos factores depresivos. Entre ellas, dice Cullen, adquirir una caja de luz terapéutica, diseñar una rutina de entrenamiento en casa y hacer más planes de los que deseas. Quizá no te apetezca moverte hasta la casa de tu colega cuando hace tanto frío. Ni ir al cine con el día lluvioso. Pero debes contradecir esa pereza y salir de casa. De lo contrario, la comodidad presente se convertirá en tristeza arrastrada todo el invierno.