La tristeza también es física: así afecta a tu cuerpo

Cuando estás triste acostumbras a verte peor en el espejo, no es un efecto visual, es que seguramente te veas peor

“¿Estás bien? Se te ve más apagadx”. Cuando pasamos por una mala racha y estamos tristes, muchas personas de nuestro entorno nos comentan que nos vemos como más apagadxs, cansadxs. Incluso nosotrxs mismxs cuando nos miramos al espejo nos vemos peor: ojeras, la piel como más mortecina, el cabello sin brillo. A veces cuando nos vemos así de mal es más bien porque estamos un pelí haters con nostrxs mismxs, pero en este caso no es un efecto visual consecuencia de tu mirada: es que realmente te ves peor que de costumbre. La tristeza sí que provoca cambios físicos en tu cuerpo.

Seguramente te ha pasado que cuando has quedado con unx amigx, solo con mirarlx y sin que te dijera ninguna palabra, ya has detectado que está triste. Un par de segundos y ya has visto que ahí algo pasa. Bien, eso es precisamente porque hay cambios físicos, en su voz, su piel, su postura, que son provocados por la tristeza. De hecho, sin esos cambios físicos en el cuerpo sería difícil para nosotros poder relacionarnos con los demás, ya que son indicadores que tenemos codificados para la socialización como puede pasar con otros gestos como puede ser una sonrisa felicidad o las pupilas dilatadas excitación.

La tristeza es un amplio espectro emocional que barca hasta la depresión. Entre los cambios físicos que provoca están los menos visibles, como dolores de estómago, soñolencia, problemas para dormir… Los más visibles pero, moldean el cuerpo: la piel, los ojos, el pelo…En la piel se producen diferentes cambios, por ejemplo sequedad o incluso manchas rojizas tipo dermatitis. Las ojeras se acentúan y pueden oscurecerse aún más. Hay que tener en cuenta que la piel es el órgano más grande del cuerpo, siendo así uno de los más visibles. 

Pero ¿cómo son posibles estos cambios? Pues la respuesta está en las hormonas, porque sí, la ansiedad, la depresión o la tristeza pueden afectar a tus hormonas, las cuales actúan sobre la piel y su equilibrio. ¿Os suenan los granitos premenstruales y menstruales? Esos granos que te aparecen cuando te tiene que bajar la regla son a causa del cambio hormonal también. 

El cabello se resiente del cambio interior en tu cuerpo y también puede empezar a caer, ya que si estamos mucho tiempo tristes, el cuerpo segrega cortisol, la hormona del estrés. Esta es la causante de la inflamación y las alteraciones del sueño y si se mantiene alta mucho tiempo puede provocar caída del cabello o dolor en las articulaciones.

La postura corporal también se ve afectada, lo de “caminar arrastrando los pies” no solo es una metáfora, es un hecho. Cuando estás triste caminas cabizbajx, los hombros se colapsan y se adopta una postura encorvada. El tono de voz también puede pasar a ser más bajo y monótono, sin variaciones. Nuestro peso también puede variar, hay personas que adelgazan por la pérdida de apetito y otras engordan por la relación emocional que se puede llegar a establecer con la comida.

Cuando caemos en un período de tristeza o depresión también nos puede pasar que nos descuidemos porque empezamos a vernos mal, porque abandonamos nuestras rutinas. La mejor forma es intentar recuperarlas poco a poco y romper con el círculo vicioso. Hay que ser conscientes que el cuerpo está cambiando constantemente y que no es estático, por eso no tenemos que flagelarnos con que nos vemos fatal porque con el tiempo, así como mejoremos emocionalmente, también lo haremos físicamente. Además, el autocuidado también pasa por pedir ayuda psicológica si la necesitamos o apoyarnos en nuestros seres queridos.