Los viajes mentales en el tiempo favorecen tu autoestima

El mindfulness está muy bien, pero no tienes por qué permanecer en el ahora las 24/7

Vivimos en la era del mindfulness. De profesionales de la psicología diciéndote lo importante que es mantenerte siempre presente. De vídeos de youtube explicándote cómo realizar una alimentación consciente. De talleres de meditación. De, en definitiva, un intento muy extendido, y cada día más, de engancharse al ahora como una lapa. Y efectivamente tiene sus beneficios. La ciencia lo tiene claro. No obstante, para nada eso quiere decir que lo contrario, perderse en viajes mentales lejos del momento presente, sea necesariamente malo para tu salud mental y tu felicidad. De hecho, y según una nueva investigación, ocurre exactamente lo contrario: esos teleportes también suman a tu vida.

Concretamente, y como explica el psicólogo y genetista Arash Emamzadeh, “el estudio reciente de Stephan y Sedikides sugiere que los viajes mentales en el tiempo pueden aumentar la autoestima, la coherencia y la sensación de control”. Por un lado, están los viajes hacia el futuro. A este respecto, añade este especialista de la Universidad de Columbia Británica en Canadá, “imaginarte en un futuro lejano promueve la creencia de que tus intenciones, determinación y compromiso harán posible la consecución de objetivos sin importar los desafíos que se te presenten”. O dicho de otra manera: fantasear con maravillosos escenarios futuros es positivo. Te hace sentir más fuerte.

Y por otro lado están los clásicos viajes mentales al pasado. En palabras de Emamzadeh, “investigaciones anteriores muestran que la nostalgia puede ser un recurso psicológico y de relación importante”. ¿Vives en la insatisfacción existencial? Recuerda momentos en los que sí eras feliz para llenarte de esperanza. ¿Has caído en la monotonía romántica? Recuerda momentos anteriores con tu pareja en los que le veías con nuevos ojos y recupera parte de la chispa dormida. ¿Sientes que no puedes con cierto desafío? Echa la vista atrás y rememora todo cuanto has superado hasta ahora. Es un chute de confianza. Tu historia vital es el reflejo de tu valía. Saboréala. Úsala en tu favor.

Porque permanecer en el presente está muy bien. Pero como herramienta. De alquiler. No como vivienda permanente. A veces, aunque toda la filosofía mindfulness lo niegue, perderte en ensoñaciones mentales también tiene su aquel. Especialmente cuando, al igual que ocurre con las prácticas para mantenerte en el ahora, dominas el arte del viaje mental. En este sentido, Emamzadeh recomienda entrenarlo: “tómate un tiempo para imaginar un futuro en el que todo en tu vida haya ido lo mejor posible”. No temas crearte falsas esperanzas. Te dará la autoestima necesaria para afrontar la realidad. Y pon en destacado aquellos recuerdos que te hacen sentir mejor. Así podrás volver a ellos cuando te haga falta.