Abrazar una vaca: la nueva terapia mindfulness

Asegúrate de realizar la experiencia en un santuario ético que las cuide de verdad

Los orígenes de la práctica no están muy claros. La hipótesis principal es que el abrazo de vacas surgió en las áreas rurales de Países Bajos y poco a poco fue extendiéndose por Europa hasta traspasar las fronteras del continente y llegar a rincones de los Estados Unidos. Sea como sea, lo cierto es que esta actividad mindfulness está cobrando muchísimo protagonismo entre quienes ansían la atención plena, la calma de espíritu y la ausencia de estrés. Los refugios de animales, que hacen una labor encomiable e imprescindible dándole todo lo que necesitan a las vacas rescatadas, son conscientes de los beneficios de la práctica y han comenzado a ofrecer la experiencia al público.

¿Que qué beneficios? En palabras de Katherine Compitus, profesora en el NYU Silver School of Social Work, “a medida que uno se involucra en el acto de tocar, acariciar o incluso acostarse junto a estos animales tranquilos, el cuerpo responde liberando oxitocina, una hormona conocida por promover sentimientos de felicidad y reducir el estrés”. Además, los movimientos pausados de las vacas fomentan un estado de atención plena que evidentemente no fomenta tu teléfono móvil colmado de estímulos vertiginosos. Por último, y siempre según Compitus, el abrazo de vacas proporciona un espacio de curación emocional para quienes están pasando un mal momento.

Eso sí: haz las cosas bien y no saltes ninguna valla campestre para abrazar a una vaca aleatoria. No sabes cómo va a reaccionar. En su lugar, ve a Google y busca refugios de animales cerca de tu ciudad. Algunos de ellos pueden solicitarte donaciones voluntarias. No es ánimo de lucro. El mantenimiento de estos lugares es costoso y necesitan tu ayuda. Una vez allí, estate tranquilx porque “las vacas seleccionadas para estas sesiones suelen ser ejemplares conocidos por su naturaleza tranquila y gentil, lo que hace que la experiencia sea segura y agradable tanto para los animales como para los participantes”. Porque no olvides en ningún momento que ellas también importan.

De hecho, Compitus te anima a elegir muy bien el santuario en el que realizas tu abrazo de vaca. Si bien la mayoría de ellos son honestos y de un grado de empatía colosal, también puede haberlos explotadores. Al fin y al cabo, ningún sector humano es completamente inmune a la avaricia. Se pueden colar mamonxs. Aunque no importa solo el espacio en sí. También tu comportamiento. En este sentido, dice esta experta, “es importante acercarse a las vacas suavemente y con respeto, evitando movimientos repentinos o ruidos fuertes que pudieran asustarlas”. Esa interacción no es solo para ti. También para ellas. Tenlo presente para alcanzar una conexión real. Lo vas a flipar.