Mindfulness tecnológico: cómo hacer un buen uso de tu móvil

Para usarla con la seguridad de que ella no termine usándote a ti

Las tecnologías digitales han transformado el mundo. Y en muchos sentidos para bien: han democratizado el acceso al conocimiento, han acercado a seres humanos separados por cientos o miles de kilómetros, han proporcionado un abanico de entretenimientos casi infinito... Pero esas mismas tecnologías que tan positivamente sirven a tus intereses pueden controlarte hasta hacer que tú les sirvas a ellas. Para evitarlo, escriben desde Poosh, es necesario implementar unas dosis de mindfulness a tu relación con estas tecnologías. Y debes hacerlo a través de tres mecanismos claves.

El primero de ellos, probablemente el más importante, es la pausa. “Cada vez que estés a punto de comenzar a utilizar tu ordenador o tu teléfono haz una pausa por unos segundos: quédate quietx y lleva el foco de tu atención al momento presente”. No es pose. No es un acto buda wannabe. Por el contrario, es un mecanismo destinado a evitar que te sumerjas en el mundo digital de manera casi inconsciente, con el piloto automático activado, presa del ansia dopamínica de tu cerebro. Reflexiona. Piensa qué quieres conseguir con esa entrada en el universo digital. Ponle intención.

Y si no se la encuentras, si comprendes que no has cogido el móvil para consultar algo específico, sino debido a la incapacidad de soportar el hecho de no hacer nada, por compulsión, guárdalo nuevamente en el bolsillo. Y aprovecha para conectar contigo mismx. Ese es el segundo mecanismo que recomiendan desde Poosh: en lugar de perderte una vez más en el feed de Instagram mientras aguardas al bus, “convierten tu tiempo de espera en una minisesión de meditación”. Te proporcionará paz y, a largo plazo, también un mayor control sobre tus impulsos, incluidos los tecnológicos.

Un par de horas al día de desconexión

En cualquier caso, e incluso habiendo adquirido el suficiente autocontrol como para usar el móvil solo cuando es necesario, las expertas de este medio aconsejan establecer pequeños periodos de desintoxicación digital. “Esto podría ser de una hora al día a un par de horas a la semana. Lo que funcione para ti. Haz otra cosa con tu tiempo como leer un libro, cocinar, salir a caminar, dibujar, escribir un diario o escuchar música”. La idea es que superes la ansiedad de estar desconectadx y aprendas a tolerar el aburrimiento, imprescindible para la imaginación y la creatividad.

Por último, y más allá de estos tres mecanismos claves, existe otro adicional que podría venirte muy bien para poner atención plena a tui uso de las tecnologías: la honestidad. Tal como dicen desde Poosh, “hay personas cuya existencia en línea es una completa falsedad, personas que persiguen el romance en línea con una identidad totalmente falsa o retocan cada imagen en Photoshop. Y no lo olvides: la atención al momento presente requiere compromiso con la autenticidad. Compromiso con lo que es. Compromiso con lo que hay. Negarlo está en las antípodas del mindfulness.