Los límites de la responsabilidad afectiva

La expresión “responsabilidad afectiva” está de moda, pero hay que distinguir lo que es y lo que no

Ya hemos dicho alguna vez que a lo mejor estamos utilizando demasiado el término “responsabilidad afectiva” y que, en ocasiones, hay gente que no la merece, y que incluso un exceso de atención puede no ser responsable afectivamente. ¿Necesita una explicación sobre por qué no quieres quedar con alguien que no has visto en tu vida? ¿Merece una cita presencial ese ligue al que acabas dejando porque ha estado ignorándote, evitando una conversación sobre vosotrxs y liándose con otrxs? ¿Hay que estar siempre disponible emocionalmente para ese familiar que es una sanguijuela emocional y nunca está para ti? Hablemos de los límites de la responsabilidad afectiva.

El blog de psicología psicoglobal define la responsabilidad afectiva de una manera tan sencilla como “tener en cuenta lo que sienten los demás mientras también tenemos en cuenta lo que sentimos nosotros”. Por breve que sea, nos da una idea clara de los excesos que podemos cometer a un lado o al otro. Ignorar los sentimientos de una persona, sobre todo si ésta se está comportando correctamente, o ignorar los tuyos, sobre todo cuando eso te va a llevar a un sufrimiento excesivo.

Pongamos un ejemplo. Si tú llevas meses y meses acumulando dudas con tu pareja, hasta el punto de que ya sabes que lo quieres dejar y estás sufriendo por estar con alguien con quien no quieres, es más responsable afectivamente comunicárselo y romper, que aguantar y alargar la relación por no hacer daño a la otra persona. Es una forma de primar tanto tus sentimientos como los suyos a largo plazo.

Otro ejemplo es cuando alguien te persigue constantemente y sabes que lo hace para tener contigo una relación intermitente cuando a ti esa persona te gusta para algo más. Si esa persona intenta quedar contigo y te vende la necesidad de decirte algo pero ya has demostrado que estás coladx pero al mismo tiempo que él no va a ser capaz de ser fiable, tal vez sea más responsable afectivamente no responder a esa persona, aunque a priori pueda parecer una actitud egoísta.

La web La Mente es Maravillosa pone como lista de elementos que conforman la responsabilidad afectiva tener una comunicación asertiva y empática, tener un respeto por la relación sea cual sea su tipología y comprometerse a cuidarla, sea un noviazgo, una amistad o incluso una amistad con derechos. La responsabilidad afectiva en relaciones que no son estables son a veces las más complicadas y las más raras de encontrar.

En cambio, delimita como actitudes que no son responsabilidad afectiva. No lo es hacerte cargo de todo lo que siente tu pareja, que puede ser infeliz aunque tu actitud sea adecuada. No lo es empatizar hasta el punto de permitirle cualquier abuso, omisión de atención o falta de cuidados. Y tampoco es responsabilidad afectiva convertirse en una persona dependiente emocionalmente y estar pendiente de la otra persona todo el tiempo.