‘Lagom’, la filosofía sueca que te enseña a ser tan feliz como lo eran los vikingos

Se trata de llevar la moderación y la responsabilidad social a todas las áreas de tu vida

Eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor es una tontería que no se sostiene a la luz de los datos: hay menos mortalidad, más educación, más libertad y más medicinas que en ningún otro momento de la historia. Sin embargo, tampoco tiene sentido romantizar el presente porque, como bien sabes, hay muchísimos vicios que la sociedad carga a sus espaldas. Y uno de los más terribles es el exceso. Sí, en cierto sentido, y si lo comparas con muchos otros contextos del pasado, vivimos excesivamente: se busca más dinero, más experiencias, más propiedades, más éxito y más de todo de lo que realmente se necesita. Es ahí donde entra en escena una filosofía vikinga muy sabia: el lagom.

En concreto, y como explican desde El Confidencial, “a nivel cultural, el lagom se remonta a tiempos pretéritos, a cuando los vikingos se sentaban alrededor del fuego a contar historias con un cuerno de hidromiel en la mano”. De hecho, es precisamente esta bebida la que da origen al concepto, pues se trataba de que cada una de las personas presentes consumiera tan solo lo que permitiera que hubiera para los demás. Lo importante era el concepto de comunidad. De generosidad. De sacrificar el interés propio para que otras personas puedan gozar de lo mismo que tú. De abstenerse de un egoísmo que a la larga tan solo genera sufrimiento en unx mismx y en los demás.

Por eso el lagom no solo sigue vigente en la actualidad sino que resulta más útil que nunca. Al fin y al cabo, si algo caracteriza a esta sociedad hipermoderna es la fragmentación, la pérdida progresiva de las comunidades, el individualismo a partir del cual todxs viven en su película y tratan de imponerse socialmente a los demás. El lagom trae de vuelta la responsabilidad social. Como escriben en el citado medio, “aplicado al mundo del hogar, consiste en disponer de las cosas esenciales, y en el dinero, vivir con prudencia y eliminar los gastos superfluos”. Algo que impacta asimismo en el medioambiente. Esta filosofía protege también el planeta. El de todxs.

Pero quizás donde el lagom tiene un efecto más significativo es en la vida social. “En situaciones sociales, significa buscar a toda costa el consenso y no las diferencias para minimizar los conflictos y posibles enfrentamientos que puedan surgir”. Hoy en día existe una adhesión al drama. Al combate. A señalar a la otra persona como un monstruo por sus ideas diferentes. El lagom te invita a tener la mente abierta y a no exaltarte a la mínima. Después de todo, y como ocurría con el hidromiel en tiempos vikingos, también debe haber derecho a opinar para todo el mundo. Porque no todxs son tus enemigxs. Al contrario: si quieres, pueden ser parte de la comunidad que cuidas.