Si Te Joden Una Vez Es Culpa Suya; Si Te Joden Dos, Tuya. Supéralo

Que lo hayas pasado mal nunca es excusa para hacérselo pasar mal a otros. Aprende de tus experiencias y crece con ellas.

Estoy cansada de escuchar "Es que yo lo he pasado muy mal". Bueno, a ver, yo un poco también. Y él. Y me imagino que ese tío que vende cupones en la esquina debe tener una o dos quejillas sobre como le ha tratado la vida. Pero ya vale de usar esta puta frase como inmunidad diplomática para ser un desconsiderado de mierda con los demás.

Dentro de los personajillos que se pasan la vida excusándose en sus vivencias pasadas para justificar su forma de ser, nos encontramos dos tipos de individuos:

Tipo uno

“Como lo he pasado muy mal, voy a asegurarme de que todo el que se me cruce también lo pase fatal”, que es de ser gilipollas, pero al menos los sueles ver venir.

Esta es la clásica crueldad de los ex-gordos, es decir, cruzada contra el mundo porque “cuando era gordo todos fuisteis muy crueles conmigo” también puede darse el caso con el que llevaba el aparato de la espalda, pero de esos había muchos menos.

La versión a nivel de relaciones de pareja responde a la siguiente falta de lógica: estuve saliendo con alguien. Se portó muy mal conmigo. Me puso los cuernos/mintió/me trató mal. Ya no estoy con esa persona. Voy a hacerle la misma mierda a todo el mundo. Si yo estoy jodido, los demás también, que se jodan, o follamos todos o la puta al río. Lo bueno de estos personajes es que van bastante de frente, y como no los aguanta ni Txus, por norma general se emparejan entre ellos, hacen de sus vidas un infierno, y a los demás nos dan para cotilleo marujil de cafetería hablando de sus miserias.

Tipo dos

Aunque a efectos prácticos se comporte esencialmente igual, parte de una premisa diferente. Cuando dicen: “Es que yo lo he pasado muy mal”, en realidad quieren decir: “A ver, lo he pasado muy mal, y estoy muy afectado al respecto, muy hundido en mis problemas. No es que quiera joder a la gente, solo que todo este drama de mi vida me hace actuar así con los demás. En realidad soy muy sensible”.

Este es el vampiro emocional clásico, y si no te has encontrado por lo menos a 6 o 7 a estas alturas, ya te puedes dar con un canto en los dientes. Lo jodido es que, hasta que no te mentalizas y desarrollas un tercer ojo para este tipo de peña, te pueden desmontar la vida infinidad de veces.

Lo preocupante es que se justifica con bastante facilidad que, cuando a alguien le han hecho daño en relaciones previas de su vida, él con o sin intencionalidad haga lo mismo a otros. Y no entiendo como este ojo por ojo, a mala sangre o por “despiste”, está tan normalizado en las relaciones sociales. Realmente muchísima gente ni siquiera acaba de ver lo ridículamente injusto que es. Cerrarse tras un golpe duro es normal, y es comprensible. Es un mecanismo de defensa y, en un bache, es una reacción que no siempre se puede llegar a controlar. Pero estancarse en esa desconfianza sistemática y en la indiferencia hacia los sentimientos de los demás no es justificable. Ser un egoísta y un cabrón por inercia no tiene excusa, y que no te intenten vender la moto con lo contrario.

Este tipo de experiencias traumáticas, de decepciones con los demás, debería servir para fortalecer tus valores, y recordarte a ti mismo qué tipo de persona no quieres ser. No hace falta tirar del rollo del karma, ser legal con los demás tiene premio por sí mismo. No conozco a nadie que sea feliz siendo un hijo de puta por sistema. Así que, resumiendo, si eres uno de estos a los que les han hecho mucho daño, cambia el chip, o te acabarás quedando más solo que la una o peor aun, te acabarás rodeando solo de idiotas autocomplacientes como tú. En cambio, si siempre te acabas juntando con este tipo de personas chupa-sangres, recuerda: si te joden una vez es culpa suya, pero si te joden tres es culpa tuya, así que espabila, que la vida son dos días para regalarle uno y medio a gente que no vale la pena.