Los sitios en los que siempre serás feliz si eres una persona introvertida

 Intrascendentes para lxs extrovertidxs, mágicos para quienes viven con introversión—

La personalidad es profundamente compleja: una misma persona puede ubicarse en posiciones diferentes del espectro introversión-extroversión según las circunstancias, las personas que se encuentran a su alrededor o su estado anímico. No obstante, está claro que hay personas con un nivel de introversión brutal. Y para ellas no siempre es sencillo. Como explica la psicoterapeuta Kaytee Gillis en una publicación para estado anímico, "las situaciones que muchxs navegan fácilmente a veces son abrumadoras para aquellxs que son de naturaleza introvertida". Y todo lo contrario: algunas que para los demás son intrascendentes, inadvertidas, banales, para ellxs son pura delicia.

Nadie a la vista: por fin

Como un ascensor vacío. En palabras de Gillis, "no hay nada como esa sensación tranquilizadora cuando el ascensor se detiene, las puertas se abren y no hay nadie". Soledad absoluta. Ningún cruce de miradas. Ninguna presión interna diciéndote que debes decir algo. Ninguna presión externa porque la otra persona pregunte algo. Nada. Tranquilidad. Y algo parecido ocurre con las calles vacías, especialmente cuando se trata de calles en las que sueles encontrarte captadores de socios para oenegés y demás. El alivio que sientes como persona introvertida al caminar por la ciudad sin ninguna clase de presencia resulta maravilloso. Y aún más si está lloviendo sutilmente estilo otoñal.

¿No tener planes? Fantasía

Y no solo porque la lluvia sea agradable en cierto sentido. Sobre todo si tienes un alma melancólica. También porque generalmente el día de lluvia simboliza la ausencia de planes. Irás directx a casa y no tendrás que lidiar con tus habituales luchas internas: ¿me uno al plan de mis amigxs o me quedo en mi habitación disfrutando de mí mismx? Como apunta esta psicoterapeuta, "mientras que las personas extrovertidas pueden aburrirse ante esta idea, lxs introvertidos se entusiasman con la idea de no tener planes, y de tener toda la noche para hacer estos no planes". Es más, la cancelación de un plan es una de las noticias más bonitas que puede recibir una persona introvertida.

Casi tanto como una conversación por mensaje de texto en lugar de por teléfono. Aunque a las personas extrovertidas les cueste asimilarlo, aunque piensen que una llamada no tiene nada de incómodo, que ni siquiera se están viendo físicamente, muchas personas introvertidas sufren una barbaridad con las llamadas telefónicas. La ansiedad les posee. Y en la mayoría de ocasiones seguro que puede solucionarse con unos cuantos mensajes. Además, están las notas de voz: probablemente una persona introvertida prefiera un audio de 9 minutos que una perdida en su móvil. Ah, y mejor las reuniones por Zoom que en la vida real. Esos instantes de demora del inicio de la reunión en los que debe hacerse little talk son una pesadilla.