La depresión es un trastorno psicológico multicausal. Esto significa que, aunque pueda dispararse a causa de eventos traumáticos concretos, intervienen otros muchos factores distintos en su aparición. Como ciertos genes, algunas condiciones en la estructura cerebral y neuronal, los desequilibrios hormonales o el déficit de algunos neurotransmisores claves en el estado de ánimo. Lo curioso es que los niveles de estos neurotransmisores, así como de ciertas hormonas, dependen en menor o mayor medida de tu dieta. Al fin y al cabo, no nacen de la nada, sino a través de complejos procedimientos que requieren determinados nutrientes.
Dieta sana = salud mental
Como asegura en una publicación para The Conversation la experta en nutrición y bromatología Ana Belén Ropero, "ya en 2014 había indicios de que una dieta saludable estaba asociada a un menor riesgo de depresión y en 2018 nuevos estudios confirmaron esta relación". Hasta tal punto resultan importante los alimentos que te llevas a la boca que, incluso con la depresión ya en marcha, "la mejora de la dieta reduce los síntomas depresivos", especialmente, y como apunta esta especialista, en las mujeres. ¿Pero qué alimentos concretos pueden proteger tu salud mental y mantener un poco más alejada la depresión?
En primer lugar, los alimentos ricos en ácido eicosapentaenoico y ácido docosahexaenoico, más conocidos como ácidos grasos omega-3. Es decir, los alimentos animales procedentes del mar como los mariscos y los pescados, sobre todo los pescados muy grasos. Tal como señala Ropero, "se ha visto que los niveles de ambos están disminuidos en pacientes con depresión". De hecho, "el tratamiento con omega-3 en pacientes mejora los síntomas propios de la depresión, incluyendo el insomnio, la ansiedad, los sentimientos de culpabilidad o las ideas suicidas". Son los principales aliados de tu bienestar psicológico.
Zinc, el antidepresivo natural
Pero también lo es el zinc. Nuevamente, indica esta experta del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández, "se ha comprobado que los pacientes con depresión tienen niveles menores de este mineral en sangre". Por eso es importante que incluyas alimentos ricos en zinc en tu dieta como son las legumbres, los frutos secos, los cereales integrales, la carne, los lácteos, las ostras o las almejas. La relación en este caso es muy intensa, pues "se ha descrito una asociación entre el grado de deficiencia de zinc y la gravedad de la depresión". Es bastante peligroso descuidar la ingesta de este mineral.
Eso no es todo. También existen vitaminas cuyo déficit se ha relacionado de una manera u otra con la depresión. Se trata de la vitamina B3, la vitamina B6, la vitamina B8, la vitamina C y el ácido fólico. Esto demanda una dieta bastante equilibrada y completa. Además, no se trata solo de lo que comes, sino también de lo que dejas de comer. Porque, según Ropero, "los alimentos ultraprocesados se relacionan con incremento del riesgo de síntomas depresivos", así como con un aumento del estrés. No es solo una cuestión de peso y estética. Lo que comes determina cómo te sientes y cómo experimentas la vida. Merece la pena prestarle atención.