Así puede llegar a afectarte la obsesión extrema por algo o alguien

Las obsesiones manipulan radicalmente tu manera de ver el mundo. Y se aprovechan del poder de tus sueños

Las obsesiones son peligrosas. No importa si se trata de una obsesión por un videojuego, por un trabajo, por una persona o por una serie. En todos los casos, las consecuencias en tu vida pueden llegar a ser mayores de lo que crees: según el efecto Tetris, definido a raíz de la adicción de la gente a este popular videojuego en el pasado siglo, las obsesiones penetran en tus sueños, introducen nuevos patrones de observación y moldean la manera en la que comprendes el mundo. Es como ponerte unas gafas con filtro. La objetividad desaparece.

Fue el investigador psiquiátrico Robert Stickgold, de la Universidad de Harvard, quien lo confirmó científicamente en el año 2000. Después de analizar los sueños de una treintena de jugadores de Tetris, concluyó que dos de cada tres jugadores reproducía de modo fidedigno los mecanismos y patrones del videojuego en su mente cuando cerraba los ojos, como señalan desde Magnet. Luego, en la vida real, intentaban "encajar unos coches con otros y unos edificios más altos y delgados sobre otros más bajos y rechonchos". Porque los sueños tienen una función.

Así reacciona tu cerebro

Y es la de solidificar tu aprendizaje. Cuando te pasas horas despiertx obsesionadx con algo, le estás diciendo a tu cerebro que es algo muy importante que debe almacenar. Y esto pasa desde hace milenios. Según este mismo medio, "el ejemplo más paradigmático del efecto Tetris se encuentra en los marineros: cuando muchos de ellos desembarcan tras meses de faena en alta mar, ajustan su cuerpo a los vaivenes naturales del océano, perciben los movimientos del barco aunque estén en tierra firme". Requiere tiempo desaprender esa adaptación.

En realidad, el efecto Tetris ocurre constantemente: tu aprendizaje en la vida hace que interpretes el mundo de una manera. "Los abogados tienden a identificar fallos argumentativos cuando conversan con alguien; los ingenieros identifican problemas y tienden a arreglarlos; y los profesores tienden a ser didácticos y elocuentes incluso cuando han salido del aula". Hasta ahí todo normal. El problema viene cuando una obsesión se apodera de tu cabeza. A partir de ahí, el condicionamiento se vuelve extremo. Y ciertamente poco recomendable.

Piensa en la última vez que te obsesionaste con una persona. La veías en todos lados. En cada gesto. En cada rasgo. En cada conducta. Y no porque la vida te pusiera delante personas similares, sino porque tu cerebro estaba entrenando para fijarse en esas características. Como dicen desde Magnet, a veces las proyecciones obsesivas "despiertan pensamientos intrusivos, sensaciones, impulsos, reflejos e ilusiones ópticas", lo cual es una putada. Nada debería manipular radicalmente tu estar en el mundo. Nada ni nadie es tan importante.