Por qué deberías tomar distancia de tus dramas

Son parte fundamental de tu mundo, pero no son todo tu mundo

En su ensayo titulado El sentido de la vida, el filósofo inglés Julian Baggini menciona una encuesta científica en la que lxs participantes podían escoger entre vivir en una máquina de la felicidad, donde siempre estarían contentxs, o una vida auténtica con sus alegrías y sus dramas. Y sí, la gente prefirió esto último. Probablemente por la misma razón por la que el soma, la droga de la felicidad de la novela Un mundo feliz de Aldous Huxley, nos produce tanto rechazo: los dramas forman parte de tu vida y de tu relato. Tienen muchísimo valor y prescindir de ellos sería prescindir de la experiencia humana. La clave está en la distancia que tomas.

Porque sin dramas tendrías una vida parcialmente vacía. Las preocupaciones, las tristezas e incluso las iras, aunque emociones negativas poco agradables, te hacen ser quien eres. Pero acercarte demasiado a esos dramas, tocarlos tan de cerca que apenas puedas ver otra cosa, resulta igualmente perjudicial. Así lo expresa el psicólogo y filósofo Neel Burton en un artículo para Psychology Today. "Si estamos demasiado absortos, nuestra perspectiva se reduce y nos volvemos temerosos, desesperanzados y propensos al disgusto". Es como si no hubiera nada más allá de tus tragedias, muchas de las cuales son nimias e incluso insignificantes.

Cualquier drama es pasajero

¿La solución? Frenar un momento y dar un pasito hacia atrás. O, mejor dicho, hacia arriba. En palabras de este especialista, "necesitamos distanciarnos de la vida que llevamos, ¿y qué mejor manera de distanciarnos que buscando adoptar la perspectiva de Zeus en el Olimpo y mirar desde lo alto del mundo? No se trata de una postura soberbia. No es la grandilocuencia lo que debe impulsarte a practicar este enfoque. En su lugar, es la comprensión de que todos los problemas que llegan a tu vida, todos esos inputs negativos, están bajo tu control. Solo tienes que prestarles un poco de atención serena y ordenar tus acciones.

Además, esta mirada cenital de tus dramas también te permite recordar su fugacidad. Los verás ir y venir en el tiempo como peatones en el centro de una gran ciudad. Burton cita a Marco Aurelio para expresar esto, uno de los grandes filósofos estoicos de la Antigüedad: "Ten en cuenta lo rápido que pasan y se van las cosas, las que son ahora y las que vendrán. La existencia fluye a través de nosotros como un río... Nada es estable, ni siquiera lo que está aquí. La infinidad del pasado y el futuro se abre ante nosotros. Se necesitaría ser idiota para sentir engreimiento, angustia o cualquier indignación. Como si las cosas que nos irritan duraran".

Si bien Marco Aurelio se muestra demasiado estricto, y es normal que de vez en cuando sientas indignación o desasosiego ante ciertos acontecimientos de tu vida, como que te despidan o que tu pareja te deje, hay una gran verdad escondida en sus palabras: los dramas son pasajeros. Y pese a que no puedes mantener esa verdad siempre presente, especialmente cuando estás absorbidx por tus emociones más inmediatas, puedes recuperarla una vez te tranquilices y ver que todo se solucionará. Tus dramas son piezas indispensables del mundo que vives, pero que no se conviertan en tu mundo. Hay una diferencia brutal.