Dile esto a tu jefe si sientes que estás a punto de explotar en tu trabajo

No esperes hasta que la bomba explote y abórdalo cuando comiences a quemarte

El llamado burn-out laboral, también conocido como síndrome del trabajador quemado, es un fenómeno en crecimiento. Y quizás sea por el boom del siempre confuso teletrabajo, por el estrés causado por el contexto de pandemia o porque cada vez más personas están conociéndose a sí mismas en profundidad y entendiendo al fin que detestan sus trabajos. Pero no podemos obviar que, en muchas ocasiones, el sufrimiento laboral es consecuencia directa de una excesiva carga de trabajo. Especialmente en un panorama laboral tan frenético. ¿Sientes que estás a punto de petar? No te lo calles: deberías hablarlo con tu jefx.

Pero, evidentemente, es un momento delicado. A fin de cuentas, tu autoexigencia te lleva a querer mostrarte como una roca imperturbable y siempre dispuesta. Además, nunca sabes cómo se lo puede tomar tu jefx. En ese sentido, el director de recursos humanos Alex Seiler ofrece en un artículo para Business Insider algunos consejos para evitar que esa otra persona se ponga a la defensiva. En primer lugar, "asegúrate de que no estás adoptando una postura agresiva ni enfocando la conversación de forma adversa". No estás enfadadx ni estás ahí para iniciar una guerra. Simplemente estás asfixiado y necesitas un poco de aire.

El truco, cuenta este especialista, está en dirigir la conversación mediante preguntas. Un buen ejemplo sería comenzar la conversación con un sencillo "¿puedo ser sincero contigo?" que genera una conexión positiva y no un enfrentamiento armado. "Esto abre el diálogo y puede conducir a una conversación productiva de establecimiento de niveles en torno a la capacidad". Además, también sería muy importante realizar preguntas acerca de la relevancia y la prioridad de ciertas tareas. ¿Es posible que estés invirtiendo mucho tiempo en una serie de labores que en realidad no aportan mucho? Eso quema demasiado. Debátelo.

"Si tú y tu jefe os dais cuenta de que estáis empantanados en algo relativamente poco importante o no urgente, podéis pasar a algo más valioso. Un gerente verdaderamente racional y lógico apoyará mucho esa conversación", señala el propio Seiler. Al fin y al cabo, tu jefx no es más que otro ser humano. Salvo en las pocas ocasiones en que se cumpla el manido estereotipo del jefe diabólico, empatizará con tu situación, especialmente cuando lo has planteado de una manera tan constructiva. No es que no te importe la empresa o sus objetivos. Es que no puedes más. Y unx trabajadorx agotadx es una trabajadorx perdidx. Antes o después.

Aunque precisamente por eso, porque tu jefx es humanx, muchas veces comete fallos en la asignación de las tareas y no es capaz de ver cuánto peso está poniendo sobre tus hombros. Respira hondo. Ve hasta su despacho y dile las siguientes palabras, escritas por la experta laboral Lynn Tayloer: "Me encantaría hacer ese proyecto, pero eso podría significar que aquel otro proyecto en el que estoy trabajando tendrá que posponerse hasta mañana". Es un modo diplomático y sincero de decir que no tienes mente para gestionar veinte tareas a la vez. No esperes hasta que todo estalle. Actúa cuando aún eres dueñx de ti.