Deberías dejar de pensar que la humanidad es un desastre

Pensar que la humanidad es un desastre y que no hay nada que hacer tiene efectos extremadamente negativos en ti

Cargas a cuestas una deplorable lectura de la humanidad. Aunque hemos mejorado bastante en términos de bienestar, convivencia, conflictos bélicos, enfermedades o educación, sigues pensando que somos una especie abocada al apocalipsis. Y no es en absoluto culpa tuya. Al fin y al cabo, las investigaciones científicas prueban que los estímulos negativos producen apocalipsis que los positivos y que registramos con mayor facilidad en nuestra memoria los episodios negativos que los positivos. Es tu cerebro aprendiendo a mantenerte con vida. Pero esa visión está pasándote factura todos los días.

Tu pesimismo arruina tus emociones

En primer lugar, porque condiciona tu estado de ánimo. En segundo lugar, porque condiciona tu compromiso con el progreso. Después de todo, ¿para qué vas a mover un dedo en hacer del mundo un lugar mejor si crees que las personas nos iremos a la mierda tarde o temprano o incluso que merecemos hacerlo pronto? Y, para terminar, porque condiciona tu toma de decisiones. Bajo esta perspectiva del ser humano, tiendes a funcionar mediante la teoría de prospección, que implica que siempre tenderás a elegir opciones conservadoras que te eviten daños que opciones arriesgadas con muchos beneficios potenciales.

Pero estos condicionamientos naturales que te hacen pensar que la humanidad está irremediablemente condenada no son insalvables. Como dice la psicoterapeuta Denise Fournier en un artículo para Psychology Today, son muchas las personas que "están luchando por ver la bondad en la humanidad o encontrar motivos para tener esperanza en el futuro". Y no es una lucha infructuosa. Primero, porque puede proporcionarte bastantes beneficios. Entre ellos, una mayor alegría generalizada, una mayor determinación para hacer cosas y no caer en la pasividad o una toma de decisiones más libre. Segundo, porque puede tener éxito.

No ignores el lado bueno

Para ello, Fournier recomienda sustituir el enfoque colectivo por el enfoque individual siempre que tengas la tentación de maldecir a las personas. "En lugar de pintar a grandes rasgos y convencernos de que la humanidad está condenada, podemos optar por buscar todos los ejemplos que podamos encontrar de bondad, generosidad, humildad, gracia, coraje, inspiración e incluso amor". Es muy fácil leer las redes sociales o ver el telediario y decir "todo esto es un desastre sin sentido". Más complicado es comprometerse a desafiar a tu cerebro negativo para intentar dar con situaciones y personas ilusionantes. Pero merece la pena.

Además, esta especialista te deja otro consejo muy importante: "animarte a encarnar esas cualidades que quieres ver más y actuar de la manera que deseas que todas las personas lo hagan". ¿Piensas que el mundo es un escenario decadente porque la gente actúa de manera decadente? Muestra el camino. Claro que no vas a revolucionar el planeta en unas cuantas decenas de años de vida. A fin de cuentas, solo eres otra persona más en este inmenso teatro. Pero un enfoque más positivo, una energía más brillante y una actitud más constructiva seguro que marcan la diferencia tanto en tu vida como en la de quienes te rodean.