Me despierto. Preparo el desayuno. Siempre lo mismo, no vaya a ser que algo me siente mal… Dos tostadas, una de mermelada de fresa y otra de jamón, y un zumo de naranja natural. Café no, el café me hace temblar y aumenta mi inquietud. Repaso, por enésima vez, que tengo todo lo que necesito en el bolso. Cojo el coche para ir a trabajar. “¿Me he olvidado algo? Uf, seguro que me he olvidado algo”. Pongo música. El volumen tiene que estar a 15 o 20, nada de 17 o 22.
Llego a la oficina. Coloco mis cosas en la mesa de forma ordenada. Empieza mi tic nervioso en la pierna. Escribo, escribo y escribo. “Lo estás cargando demasiado”, dice mi lado sensible a lo que piensen los demás, a lo que mi lado perfeccionista contesta: “ya pero no quiero que falte nada”. No puedo dejar un trabajo a medias, tiene que quedar perfecto. Mi mente esté en constante preocupación, dando vueltas y vueltas a todo lo que me pasa o puede pasar a lo largo del día. 
Soy una persona con un rasgo de personalidad obsesivo y debo conocerme, me explica la psicóloga Luisa Brugada. Es la primera vez que acudo a una profesional para que me ayude a lidiar con mi estrés. Me tiene calada desde el primer momento. Solo con explicarle mi día a día ya puede ver que soy una persona perfeccionista, muy cuadriculada, sensible, hiperexigente conmigo misma y los demás, y ansiosa. Características que definen a una persona con un rasgo obsesivo.
"No se trata de cambiar sino de aceptarse y conocerse a uno mismo", dice la experta. Antes de ponerte a pensar las cosas que puedes mejorar de forma exterior, es importante entender que todo viene de dentro. "Tu bienestar depende de la calidad de reflexiones que pasan por tu mente, no de las circunstancias exteriores", afirma Brugada. Las personas obsesivas tenemos que trabajar interiormente para controlar mejor nuestros pensamientos negativos ya que si los dominamos, dominaremos nuestra mente y el que controla su mente, tiene control sobre su vida.
Pautas de control del pensamiento negativo
Como buenas personas obsesivas, tendemos a tener un pensamiento negativo circular que no avanza. Damos vueltas y vueltas a lo mismo, preocupándonos por lo que puede pasar o lo que pensarán de nosotros. Somos expertos en utilizar el famoso "Y si...". Para cambiar hacia un pensamiento positivo linear, es decir, en el que los mismos pensamientos no vuelven una y otra vez, la psicóloga explica las pautas de control del pensamiento negativo.
1. STOP
Si en algún momento del día tu mente empieza a pensar demasiado, dile que pare. Según Brugada, "es importante que siempre utilices la misma palabra para frenar tus pensamientos". Esta puede ser ‘stop’, ‘para’ o cualquiera que tenga significado para ti.
2. Visualiza
Visualizar es el proceso de desarrollar mentalmente la imagen de algo abstracto y otorgar características visibles a aquello que no se ve. O, lo que es lo mismo, explorar con tus cinco sentidos una imagen mental. El segundo paso de las pautas de control del pensamiento negativo se compone de dos partes. Primero, para que tu mente se crea que tienes que frenar el mar de pensamientos, debes visualiza algo que para, se acaba o se cierra. Ejemplos de esto serían visualizar una puerta cerrándose, una mano cambiando de canal en la tele o una mano borrando en contenido de una pizarra.
En segundo lugar, cuando ya hayas visualizado algo que para, debes visualizar algo para llenar el vacío. Algo que te relaje, como por ejemplo un paisaje de la naturaleza como el mar o las montañas. También puedes transportar tu mente a un momento de serenidad, como recordar cuando te pegas un baño de espuma. Cuando encuentres tu 'lugar feliz', concéntrate en los cinco sentidos. Si has visualizado la playa, imagínate como te sientes cuando tocas la arena con las manos, recuerda el olor del mar y escucha como rompen las olas.
3. Retrasa
Cuando ya estés más calmad@, la experta sugiere que retrases tus problemas diciéndote: "Ya lo afrontaré esta noche". Los pensamientos negativos pueden hacer que no disfrutes del día. Por eso, es una buena idea atrasar las preocupaciones para el final del día, cuando estés en casa tranquilo en tu zona de confort.
4. Cronometra
Cuando llega la noche, no queremos que todos los pensamientos negativos creen una bola enorme y queden sin resolver. Por eso Brugada indica que, antes de dormir, te incorpores en la cama, cojas tu móvil y cronometres tres minutos. En estos minutos, tienes que llegar a tres conclusiones. Estas son muy personales ya que las tienes que escribir tú mism@, pero tienen que ser como un mantra que te ayude a aceptarte, conocerte y ver lo que puedes mejorar. Mientras haces esto, concéntrate en respirar de forma abdominal, llenando la barriga de aire. Inhala por la nariz y suelta el aire por la boca.
5. Repite
"La repetición hace la creencia", afirma la psicóloga. Cuando decidas cuáles son tus tres conclusiones, repítelas tres veces al día. Como decía el humorista David Guapo, el método científico de tomar los medicamentos "una vez después de cada comida" sirve para todo en la vida. ¿Cuántas veces tienes que repetirte tus conclusiones? Una después de cada comida.
El lado bueno de ser obsesivo
"Las personalidades son como una moneda, tiene dos caras. Cara y cruz. Un lado bueno y uno malo. Una moneda que tiene cruz y cruz, es falsa, al igual que una persona que tiene solo cosas buenas. No existe alguien que tenga todo malo ni alguien que tenga todo bueno" reflexiona Brugada. Las personas de personalidad con rasgo obsesivo tienen sus problemas pero también sus cosas extraordinarias.
Son las que no toleran las injusticias, las que lo dan todo para que un proyecto salga adelante, las más responsables, los culos inquietos de la sociedad. Son las personas que no se conforman con nada pero que también deberían aprender que esa voluntad de cambiar el mundo también puede jugar en su contra si no logran controlar su hiperxigencia primero.