Lo que un buen lavado de pelo puede hacer por tu estado de ánimo

La armonía se encuentra en pequeños actos cotidianos de autoamor como este

Todxs tenemos que salir ahí afuera para ganarnos la vida día tras día. Tú también. Pero lo cierto es que, por muy oscuro que lo veas, el mundo contemporáneo es bastante más amable que el mundo de la Antigüedad o de la Edad Media para la persona media. Así que, una vez cumplido el objetivo number one, sobrevivir, todxs ponemos la vista en la felicidad. Y aquí es donde nos volvemxs locxs. Después de todo, podemos basarnos en la teoría de la felicidad de Einhorn o en otras doscientas corrientes más. Y quizás sea más sencillo. Quizás baste con algunos trucos cotidianos como lavarnos el pelo con mucho amor.

Estamos de acuerdo: suena como suena y así de primeras no sientes que sea la panacea contra tu desidia, tu tristeza o tu estrés permanente. Pero Anya Hindmarch, una emprendedora estadounidense muy exitosa, autora de varios ensayos, te invita a reflexionar durante un pequeño momento sobre las sensaciones que te aporta un buen lavado de cabello. "Me calma y me da más confianza y, por lo tanto, me hace más capaz de sobrellevar las situaciones", explica en un artículo para el medio británico The Guardian. Quién sabe si es por el aroma del champú y del acondicionador, por el agua caliente o por el momento de paz.

Sea como sea, es una de esas tareas cotidianas que aumentan la concentración en el momento presente y, en cierto sentido, parecen detener el tiempo. Y, como añade la propia Hindmarch, supone un pequeño oasis para la creatividad en mitad de una vida frenética: "Ese momento en el que estoy parada bajo la ducha, con los ojos cerrados, sin mirar mi teléfono, es cuando tengo algunas de mis mejores ideas. Para mí es un poco meditativo: un nuevo comienzo, un nuevo día". Ah y por si tenías alguna duda al respecto, eso de que lavarse el pelo cada día es malo para la salud del mismo no es más que un mito, según los expertos.

Para Hindmarch, además, el lavado de cabello es una especie de reivindicación. En estos momentos, claves en la historia de las mujeres, están produciéndose dos fenómenos simultáneamente. Por un lado, un crecimiento del porcentaje de mujeres en el mercado laboral. Por otro lado, un incremento del porcentaje de hombres que se hacen cargo de las tareas domésticas, antaño exclusivas de ellas. Pero el primer fenómeno tiene lugar a mayor velocidad que el segundo, lo que provoca que las mujeres "acabamos haciendo tanto por todos los demás que no tenemos el tiempo ni la energía para cuidar de nosotras mismas".

Por supuesto, esto debe resolverse mediante un mayor compromiso y una mayor actitud feminista tanto de los hombres como de la sociedad. No hay bálsamo alguno para esa injusticia. Pero dejar de lado las necesidades de los demás y lanzarse al autocuidado es una necesidad. Como cuenta el autor del artículo de The Guardian, "lavarse el pelo es un botón del reinicio del día, es catártico, como tener un buen llanto". Somos seres humanos y necesitamos grandes leitmotivs existenciales para vivir una vida plena, pero no nos olvidemos de los pequeños actos deliciosos de la existencia. Muchas veces la clave está en ellos.