La teoría de la felicidad de Einhorn te ayudará a encontrar el bienestar

Debemos buscar lo que no queremos en nuestra vida y evitarlo

Elegir un empleo, empezar una relación sentimental, alquilar tal o cual casa, decirle o no lo que sientes… Constantemente nuestra vida está formada de decisiones, algunas más importantes que otras. A medida que crecemos las decisiones deberían empezar a pasar por elegir lo que no queremos en nuestras vidas, lo que nos aleja de ciertas cosas que consideramos que no nos permiten avanzar. Esta forma de entender las decisiones es diferente a la clásica: por lo general te enseñan a elegir lo que sí quieres, en este caso el enfoque es contrario, debemos elegir y señalar lo que no queremos, al menos así lo especifica la teoría de la felicidad de Einhorn, psicólogo de la Universidad de Chicago durante los años 70.

Todo ocurrió, como explican desde La Mente es Maravillosa, por una galleta de la suerte que el psicólogo abrió. La misma ponía: “no piense en aquello que desea y no tiene. Piense en aquello que no quiere en su vida y que, afortunadamente, no tiene”. Este mensaje tan directo y sencillo plantea darle un giro a nuestra forma habitual de pensar y llevó al experto a crear lo que él llamaba la teoría de la decisión conductual. Esta teoría “define ese conjunto de decisiones y comportamientos que ponemos en práctica para lograr no solo lo que deseamos y anhelamos, sino también para esforzarnos por evitar aquello que opaca por completo nuestra felicidad”, aclaran desde el mismo medio.

Realmente la base de la teoría de la felicidad es que somos mucho más felices de lo que creemos pero, claro, ¿cómo es posible tener esta certeza?, ¿cómo podríamos darnos cuenta de que somos más felices? Lo que el experto planteaba es que aunque no tenemos todo lo que nos gustaría, la felicidad se centra en esquivar ciertas formas de vida, esquivar angustias, evitar situaciones que nos podrían hacer mal. Para su teoría, Einhorn planteó tres claves que son las que debemos enfocar.

1. Un sufrimiento eterno

Muchos pensamos que habrá un punto específico en nuestra vida que será el de la felicidad. Como si fuera una meta que está al final de algún camino. Es la imagen más clásica que existe y, aunque no lo creamos, se trata de un sufrimiento eterno. Cuando no tienes algo y quieres alcanzarlo pero no lo consigues, es posible que te encuentres mal. Si se trata de algo material y tangible, quizás puedas resolverlo antes pero si se trata de algo más abstracto como la felicidad, estarás constantemente moviéndote hacia una meta que no sabes cómo es, lo cual generará un eterno sufrimiento.

2. Lo que tienes y lo que quieres

“La teoría de la felicidad de Einhorn enfatiza un hecho muy concreto ya señalado: somos felices y no lo sabemos”, explican desde la misma web. Si no aprendemos a observar a nuestro alrededor y a darle valor a lo que ya tenemos a nuestro lado, nunca alcanzaremos esa ansiada felicidad. No hay que fijarse en lo que está por venir o en lo que nos tiene que llegar, debemos mirar ahora lo que sí está de nuestra parte. Debemos aceptar que no siempre tendremos éxito y que eso no tiene por qué verse como un fracaso, hay fracasos necesarios porque nos alejan de algo que podría hacernos mal.

3. Lo que no quieres y no tienes

Este es el eje central de la teoría de Einhorn. La satisfacción está en tener la capacidad de alejarnos, de irnos o de defendernos de lo que no queremos en nuestra vida. Decidir que algo debe acabar es una forma de ir hacia la felicidad. Es posible que el camino sea más duro, más cuesta arriba, más complicado pero, a la larga, lo que no quieres y no tienes es positivo. Eso dará espacio a que otras cosas aparezcan y que se abran nuevas vías por las que moverte, aprender y crecer.