Estás viviendo una mala temporada con tu pareja. Sales de su casa planteándotelo todo: ¿debería acabar con la relación o merece la pena seguir intentándolo? Mientras esperas el metro, y le das muchísimas, pero muchísimas vueltas a todo, aparece en el andén de enfrente un chico con una camiseta de vuestro grupo favorito. Cuando se da la vuelta, lo ves: esa frase que siempre habéis considerado vuestra serigrafiada en la parte trasera de la camiseta. "Es una señal. Debo seguir intentando que funcione". Estás infravalorando las posibilidades matemáticas de la casualidad. Estás, según dicen desde la pareja, cayendo en la apofenia.
No te fíes tanto del azar
Un comportamiento muy humano que consiste en ver conexiones significativas allí donde no las hay, patrones que no son patrones más que en tu imaginación. En palabras de Steven Pinker, reputado psicólogo cognitivo, "cuando alucinamos con cosas que no están ahí podemos imaginar que hay conspiraciones, creer en deidades malévolas o tomar decisiones tontas". Seguir con tu pareja no tiene por qué ser una decisión tonta. Sin embargo, basar la decisión en una camiseta que pasaba por ahí sí lo es. Aunque te parezca un signo del destino, del universo o de tu dios, no deja de ser puro azar. Pero te resulta muy difícil resistirte.
¿El motivo? Estás biológicamente programadx para tratar de darle sentido al caos. Como dice Pinker, "el objetivo de tener un cerebro es averiguar qué está pasando en el mundo. Eso es algo útil en un entorno natural y, como no tenemos un cable directo de nuestro cerebro a la realidad, siempre estamos interpretando patrones". Tu cerebro quiere coger lo random de este mundo y convertirlo en una narrativa que le permita organizarse y tomar decisiones. Sin embargo, asegura este mismo experto, "podemos sobrepasarnos e interpretar cosas que en realidad no están allí". Es como si tu cerebro se pasase de listo. Demasiado esfuerzo.
Deja de buscarle el sentido a todo
Y las consecuencias están ahí. Este mecanismo es responsable de que algunas personas descarten el cambio climático solo porque ha habido un día puntual de récord de frío, en lugar de asimilarlo como una aleatoriedad dentro de una dinámica clara de calentamiento global. Este mecanismo es responsable de que sientas que el cosmos te envía las desgracias todas juntas para martirizarte, cuando simplemente se han acumulado por pura arbitrariedad. Este mecanismo es el que hace que le atribuyas un significado especial a eventos que no tienen nada que ver entre ellos. Pero nada. Está siempre ahí y no eres capaz de reconocerlo.
"Probablemente ninguno de nosotros es tan sabio como para notar nuestro propio pensamiento falaz. Pero a menudo somos mucho mejores para notarlo en los otros. Podemos aprovechar esa capacidad en comunidades que tienen libertad de expresión, debate abierto, controles y equilibrios, verificación de los hechos, para que la primera impresión errónea de una persona, su juicio ilusorio, pueda ser detectada por otra persona", explica Pinker. O dicho de otra manera: antes de decidir quedarte o irte de una relación porque crees que el universo te mandó una señal en forma de camiseta, háblalo con alguien imparcial. Obtén algo de perspectiva.