Quien esté completamente libre de ansiedad que levante la mano. ¿No? ¿Nadie? Es lógico. En primer lugar, porque la ansiedad es una herramienta biológica que te permite estar preparadx para eventos complicados. Y, en segundo lugar, porque en esta sociedad ultra acelerada, hay demasiado de estos eventos. Resulta imposible no experimentar intranquilidad, inquietud e incluso preocupación en algunos momentos. Sin embargo, para la mayoría de las personas es una experiencia que comienza muy alto en la mañana y va descendiendo poco a poco hasta la noche. Para otras, por el contrario, la ansiedad es un monstruo nocturno.
Niveles de ansiedad que bajan
Estas son las conclusiones de una investigación liderada por Rebecca Cox, de la Universidad de Vanderbilt en los Estados Unidos, y publicada en el medio especializado Personality and Individual Differences. Según la propia autora principal, "descubrimos que los niveles de ansiedad disminuyeron a lo largo del día para personas con preocupación baja o media", mientras que "la ansiedad se mantuvo alta y estable durante todo el día en las personas que se preocupaban mucho". Unos resultados que, añade esta experta, "son conscientes con la teoría de que la preocupación problemática mantiene el nivel de ansiedad alto pero constante".
Y la película es totalmente diferente. Experimentar ansiedad durante las primeras horas del día, ya sea en su grado mínimo o con mayor intensidad, es relativamente habitual y poco preocupante cuando va reduciéndose poco a poco conforme avanzas en tu jornada. Al fin y al cabo, tienes que enfrentarte a muchos retos, cada uno de los cuales te preocupa por unas razones diferentes. Pero superarlos va proporcionando relajación. En contraste, continuar en este estado sin ningún motivo aparente es un claro indicio de que la ansiedad se está descontrolando. No deberías llegar al sabroso momento de acostarte con la ansiedad por las nubes.
Tratamiento psicológico
Pero has llegado. Estás en la cama deseando dormir como un bebé pero tu cuerpo está incómodo y agitado y de tu mente brotan tantos pensamientos que podrías escribir siete novelas. ¿Qué haces? ¿Resignarte? Según cuenta el psicólogo estadounidense Mark Travers en una publicación para Psychology Today, la ansiedad que persiste en la noche es un motivo para la preocupación y debes actuar de inmediato a través de tres estrategias diferentes. La primera de ellas es evidente: buscar tratamiento psicológico especializado. Al fin y al cabo, "los niveles altos de propensión a la preocupación el trastorno de ansiedad son tratables".
La segunda estrategia consiste en modificar tu estilo de vida. Sí, los tratamientos cognitivo-conductuales, así como los medicamentos ansiolíticos en casos muy graves, marcan una diferencia brutal. No obstante, eso no significa que sean suficientes. En realidad, es necesario que comiences a "priorizar el sueño y hacer ejercicio regularmente", además de consumir todos los micronutrientes esenciales, alejarte un poquito de las pantallas y tener una socialización sana. Por último, dice Travers, tienes que abrazar la incertidumbre. No tienes el poder para controlarlo todo. Y asimilar ese pensamiento de verdad puede cambiar tu vida.