Cuando pasas por una ruptura o por una pérdida lo primero que ocurre es que la tristeza te atrapa. Entras en un bucle de pensamiento tras pensamiento, de preguntas, de dudas, de culpabilidad… Con el paso del tiempo vas saliendo de ahí, los planes, los encuentros, los nuevos vínculos harán que la herida se vaya sanando. Pero quizás, en algún momento de soledad, te vuelve ese sentimiento y no estás convencidx del todo si estás consiguiendo o no cerrar el dolor y pasar página. Te gustaría tener una respuesta certera y poder decir abiertamente que sí, que vas por el buen camino pero no lo tienes claro, por eso aquí compartimos algunas señales a las que puedes prestarle atención para saber qué tal vas.
1. Impulsos emocionales
Puede sucederte que de vez en cuando aparezca una respuesta emocional fuerte que no sabes cómo controlar. Un ejemplo sería que una experiencia a priori normal desencadene en ti un llanto descontrolado. Debes saber que sanar no trata de frenar estos impulsos sino de regular las respuestas emocionales a través de estrategias que te ayuden a dirigirte hacia un plano más tranquilo, desde el cual puedas tomar una perspectiva.
2. Dudas de ti mismx
Tras sufrir una herida emocional es bastante normal que el miedo al fracaso se transforme en la guía de tu vida, es importante saber que no puedes seguir por ahí. Una señal de que estás sanando es que te permites fracasar y hacer las cosas mal. Hacerlo de esta manera solo demuestra que es lo que le pasaría a cualquier persona normal. No te preocupes.
3. Sientes la diferencia
Puede que te pase solo durante un instante breve pero se trata de una sensación en la que experimentas una alegría grande, te viene un pensamiento que te indica que lo estás haciendo bien y que vas por el buen camino. No pasa nada si, al día siguiente, caes en un pozo de tristeza. Tener esos momentos cortos de sentirte bien en soledad es un indicativo de que lo estás logrando.
4. Sí a las conversaciones incómodas
De alguna manera te has ido abriendo a hablar de lo que te incomoda. Has entendido que es importante hablar de ciertos temas por mucho que cuesten. Este tipo de aprendizaje es imprescindible porque no es el conflicto el que acaba con las relaciones, es el resentimiento.
5. Pedir ayuda
Comenzar a pedir ayuda cuando la necesitas también es señal de que estás sanando. No tienes miedo de sentirte incómodx y vulnerable, estás empezando a dar espacio a tus necesidades y entiendes que dejar que lxs demás te ayuden es algo bueno para ti.
6. No fue tu culpa
Al comienzo de las heridas, de ese primer momento de dolor, lo más habitual es que busques los motivos por los cuales esto ocurrió. En ese momento seguramente sientas parte de la culpa pero con el tiempo te darás cuenta que nadie se merece las cosas dolorosas que le suceden. Empezar a entender que no te merecías eso y buscar ayuda ya sea propia o a través de un profesional es, sin duda, una muestra de que estás mejorando y sanando.