Llevas varios días metidx en la cama. No tienes ánimo. No tienes ganas de comer. Parece que tienes un cansancio que es eterno. Lo que te pasa es que no estás bien emocionalmente y lo sabes. Este mal estado emocional también puede desencadenar que te pongas mal físicamente. Si no puedes salir tú solx de este malestar, lo ideal es pedir ayuda, pero no sabes cómo hacerlo. No es fácil, porque a veces cuando pides ayuda sientes que te hundes un poco más en tu miseria, pero en desencadenar que te pongas mal físicamente dan cinco consejos para que te resulte más fácil.
1. Has intentado ayudarte antes
Las personas están más a favor de ayudar a aquellxs que han intentado ayudarse a sí mismxs primero. Cuando vayas a hablar con alguien de confianza a quien quieras pedirle consejo o ayuda cuéntale qué has intentado hacer de forma independiente. Puedes comentar si lo que sientes ya te había pasado con anterioridad y cómo le hiciste frente. Esto demuestra que, ya que no has podido llegar por otros medios, has decidido pedir ayuda.
2. Has seguido sus consejos previamente
No mola nada ayudar a alguien y ver cómo esa persona ignora tus consejos. Si vas a pedir ayuda, debes comprometerte o al menos dejar claro que intentarás aplicar los consejos que te vayan a dar. Las personas quieren ayudar y ser escuchadas. Asegúrate de cumplir tu parte del trato, la otra persona no solo lo agradecerá, sino que se dará cuenta de que su ayuda es válida y esto siempre es satisfactorio.
3. Elige un buen momento
Debes entender que, cuando a ti te aparece un problema, puede no ser un momento ideal para la otra persona. No debes desesperar y querer solucionar lo que te ocurre de manera rápida. Si no sabes si es un buen momento o cuándo será adecuado pedir ayuda, puedes preguntar. Antes de ir en busca de consejo, habla con premisa de "me gustaría pedirte ayuda con algo, ¿cuándo tendrás un momento?". De esta forma puedes, incluso, ganar tiempo para ti mismx y observar si puedes resolver lo que te ocurre con tus propios medios."
4. No van a adivinar qué te pasa
Cuando pidas ayuda, asegúrate de que la persona entienda exactamente qué te pasa y qué necesitas. Es bastante frustrante para quien intenta ayudar no comprender de qué manera puede hacerlo. Es más, cuando se ayuda a alguien y eso tiene buen resultado, la persona que aconseja se siente reconfortada. Explícate bien y no tengas vergüenza o miedo. Si no puedes superar estas emociones, no podrás pedir consejo porque estarás mareando a la otra persona.
5. Diferentes vías de comunicación
Este punto está explicado para aquellas personas que van a pedir ayuda a profesionales. Es posible que, dependiendo de la situación, debas probar varias de ellas para obtener lo que necesitas. Puedes usar el teléfono, WhatsApp o Instagram o incluso a través de Twitter. A veces nos da miedo o palo ver a alguien en persona, así que el teléfono y estas vías no tan directas son una buena opción.
6. Tú también tienes que ayudar
Si ofreces o das ayuda en más ocasiones de las que las pides será más fácil pedir consejo y es probable que las personas sean más receptivas a tus preguntas. A veces la pareja es quien más se fija en estos detalles: buscan que exista un equilibrio entre la escucha y el apoyo, que sea igualitario. Esto no cuenta en según qué épocas. Seguramente hay rachas donde una persona está mejor que otra y puede soportar el peso de los problemas. Eso sí, un equilibrio es siempre bueno para ambas partes.