Las 4 razones de que te cueste tanto decir cosas bonitas a los demás

Tus inseguridades y tus proyecciones son la base de este comportamiento tan extendido

Detente un instante para responder internamente a esta pregunta: ¿cuántas posibilidades de decirle algo bonito a alguien has desaprovechado a lo largo del día de hoy? Piénsalo bien. Recorre cada uno de los pasos de tu jornada. En tu casa con tu pareja, tu familia o tus compañerxs. En el metro o en la tienda con algunx desconocidx. En el trabajo con unx compañerx. ¿Te das cuenta de la situación? Es triste, pero no es un problema exclusivamente tuyo: le pasa a todo el mundo. Y la investigadora Jennifer E. Abel acaba de descubrir los motivos.

No des las cosas por hecho

Según explica en un artículo para Psychology Today el psicólogo alemán Sebastian Ocklenburg, el estudio liderado por Abel ha localizado concretamente cuatro causas tras este comportamiento. Y la primera de ellas es la tendencia a proyectar tus pensamientos en el resto de personas. Algo así como "para mí es obvio que esta persona es muy capaz y ella debe saberlo también, así que no hay necesidad de que se lo transmita". Y lo mismo pasa con el amor. ¿Para qué vas a mostrarlo cuando das por hecho que la otra persona lo percibe?

La segunda es la inseguridad acerca de la forma que toma el mensaje. ¿Cómo expreso esto sin que suene ridículo? ¿Cómo lo transmito de manera que no cree incomodidad? Le das muchas vueltas a eso y al final, tras dudar demasiado de ti mismx, terminas desechando el comentario positivo que tanto bien le habría hecho a la otra persona. En palabras de Ocklenburg, "las personas que reciben cumplidos se preocupan más por la calidez emocional y las buenas intenciones de la persona que da consejos que por su competencia técnica". Asimílalo.

Contribuir a la felicidad

La tercera tiene que ver con tus propias preferencias. "Si alguien se siente incómodo al recibir cumplidos, puede pensar automáticamente que los demás se sienten de la misma manera y decidir permanecer en silencio", señala este experto, siempre utilizando los descubrimientos del equipo de Abel. En este caso, además, el bloqueo merece ser trabajado por dos razones distintas. Por un lado, contribuir más a menudo a la felicidad de los demás. Por otro lado, permitirte disfrutar de los cumplidos que quienes te rodean tienen para ti.

Por último, está la inseguridad acerca de que sea socialmente inadecuado: todas esas situaciones en las que tienes un cumplido en la punta de la lengua pero una vocecita en tu cabeza te comenta que quizá esté fuera de lugar. Tal vez por el entorno. Tal vez por el momento del día. O tal vez por el papel social que desempeñáis en ese escenario concreto. Sin embargo, muy probablemente estés sobredimensionando esos aspectos. Como dice Ocklenburg, seguro "que la persona que recibe el consejo se siente feliz". Piensa en un mundo en que eso sea lo más importante. Sería precioso.