Los hospitales atienden cada vez a más personas con cosas atascadas en el ano

Los hombres de 20 años son los más propensos a sufrir estos accidentes

Son bastantes las barreras que nos dificultan disfrutar del sexo anal. Una práctica que, más allá de los tabús, puede desencadenar una explosión de placer para todas las personas. Y a través de muchos caminos diferentes: sexo anal con los dedos, sexo anal con la lengua, sexo anal con el pene, sexo anal con un dildo... e incluso sexo anal con objetos cotidianos de lo más sorprendentes. De hecho, una investigación realizada por NHS, el servicio de salud pública británico, ha concluido que los médicos de los hospitales del Reino Unido extrajeron más de 3.500 objetos de anos humanos entre los años 2010 y 2019.

Un fenómeno claramente al alza. Como subrayan desde el Daily Mail, "el estudio encontró que la incidencia de objetos que tienen que ser retirados del recto está aumentando, particularmente en los hombres". Tanto es así que en el último año de análisis, el 2019, se sacaron el doble de objetos del ano de la gente que en los años 2010 y 2011. Y lógicamente es una cuestión de placer sexual, lo que explica además la diferencia entre mujeres y hombres, ya que en estos últimos "puede estimular la próstata, una parte erógena del sistema reproductivo masculino". El morbo y las ganas de experimentar ganan.

En concreto, el 85% de las personas que acudieron a un hospital británico durante ese periodo de tiempo para que le sacaran algo del ano eran hombres. Y la mayoría de ellos se encuadraban en dos rangos de edad muy diferentes. Por un lado, las personas de 20 años, "las más propensas a atascarse un objeto en el recto". Y, por otro lado, las personas de 50 años. En cuanto a la naturaleza de los objetos, y aunque el estudio del NHS no lo determina, desde el Daily Mail aseguran, en base a investigaciones y noticias anteriores, que suelen ir desde cepillos de dientes a latas de aerosol y pasando por figuritas de juguete o huevos.

El por qué del aumento es una incógnita. Aunque "los investigadores especularon que el aumento de la pornografía en internet y al acceso a juguetes sexuales podrían estar detrás", lo cierto es que la normalización del sexo y la ruptura de prejuicios sin sentido, como aquel que históricamente relacionaba de manera inequívoca el sexo anal con la orientación homosexual, deben haber ayudado considerablemente. Gracias a la evolución del pensamiento social, hoy son muchos menos los hombres que se avergüenzan por tener fantasías con su ano. Y eso es un motivo para la celebración. A veces no nos damos cuenta de cuánto estamos avanzando.

No obstante, el hecho de que algunos decidan satisfacer esas fantasías con objetos cotidianos, ninguno de los cuales está diseñado para ello, no merece celebración alguna. Su inserción en el ano puede no solo suponer un atasco, sino que "también puede perforar el intestino, lo que puede ser mortal, ya que el material del tracto digestivo puede derramarse en otras partes del cuerpo y causar una infección", explican en el Daily Mail. Unas complicaciones innecesarias habiendo tantos juguetes sexuales disponibles. Esa es una timidez que se debe superar. Por la autoestima y confianza propia, pero también por la seguridad y la salud.