La razón por la que siempre hay música en los supermercados

Puedes llegar a gastar mucho más dinero solo por las melodías que entran por tus oídos

Estás caminando por el pasillo de un supermercado concentradx en no olvidar todas las cosas que tienes que meter en la cesta. Entonces, tras un momento de silencio mental repentino, la escuchas: hay una música de fondo sonando en el establecimiento y no te habías dado cuenta de manera consciente hasta ahora. No es casualidad. Esa música no está ahí porque mole mucho. No la ponen lxs trabajadorxs para hacerse más amena la jornada laboral. En absoluto. Es una técnica de manipulación que utilizan los supermercados para que te quedes más tiempo dando vueltas por sus pasillos y termines comprando más productos de los que verdaderamente necesitas.

Y funciona. O al menos así lo atestigua una investigación publicada recientemente en la revista especializada Journal of Marketing Research. En ella, sus autorxs analizaron “los procesos de compra de 150.000 clientes en varios supermercados en Estocolmo durante tres semanas en las cuales las tiendas cambiaban entre poner música y no hacerlo”, explican desde Xataka, medio que difunde el estudio. ¿El resultado? Lxs clientes gastaban ocho euros más por visita cuando había música. La relajación de las melodías hacía que se sintieran más cómodos y predispuestos. Eso sí: solo en los días que transcurren entre el lunes y el jueves. El resto de la semana, no.

Pero esto tiene explicación

Como indica Carl-Philip Ahlbom, uno de lxs responsables de la investigación, “durante la semana, la gente tiene poco tiempo y muchos hacen sus compras después de un largo día de trabajo” en el que tienden a estar “más agotadas mental y físicamente”. Esto lleva a un menor rendimiento del razonamiento activo y a una mayor dominancia del procesamiento intuitivo. En condiciones así, la música relajante tiene un efecto brutal en tu mente. El fin de semana, cuando estás mucho más tranquilx y contentx, esa misma música no te dice gran cosa porque no existe un contraste. No está compensando un día de mierda. No sabe tan rica.

Los supermercados conocen todo esto muy bien. Y también muchos otros datos que son claves para manipularte. Por ejemplo, que la música debe estar bajita, poseer un tempo lento y presentar acordes menores. “Es decir, que la gente compra más cuando hay canciones lentas y tristes de fondo”. Además, lxs dueñxs de estos establecimientos también saben qué canciones elegir para que conecten con la experiencia de su tienda. Un estudio de 1993 ya demostró la eficacia de esto: “El resultado evidenció que los clientes compraban más vinos caros cuando sonaba música clásica”. Así que si no quieres gastar más de la cuenta, compra en fin de semana... o ponte tapones.