Confirmado: la inflación es culpa de lxs empresarixs

El margen de beneficios de las empresas ha aumentado muchísimo en comparación con los salarios

En otoño de 2022 se alcanzaron unos niveles de inflación totalmente locos: hubo un pico del 10,6% que hizo que millones de personas tanto en España como en Europa perdieran muchísimo poder adquisitivo. Te empobreciste. Y te contaron que la culpa fue del coste de la energía, de la guerra en Ucrania, del coste de los trabajadores o de la cuantía de los impuestos públicos. Pero nada más lejos de la realidad. Aunque estos factores pudieran haber influido, un informe elaborado por lxs expertxs económicos del Fondo Monetario Internacional señala la avaricia de lxs empresarixs como la principal causa detrás de esta crisis inflacionaria. Han estado buscando márgenes de beneficios cada vez más altos.

En concreto, la institución establece que un 45% de la inflación persistente procede del deseo de lxs empresarixs de obtener más ganancias y dos cifras más respaldan esta realidad: según apuntan desde Magnet, medio que difunde los resultados del informe del FMI, “los beneficios de las empresas son un 1% más altos que antes de la pandemia, mientras que los salarios son un 2% inferiores. Dicho de otra forma: los salarios no están siendo actualizados con la misma velocidad que las ganancias empresariales, lo que está provocando un desajuste a gran escala en la economía. Sí, el instinto crítico de culpar a lxs más ricxs en situaciones así tiene esta vez todo el sentido del mundo.

Y no eres la primera persona que lo activa. A finales del año 2021, en una publicación para el medio británico The Guardian, la profesora de economía Isabella M. Weber, de la Universidad de Massachusetts Amherst, señaló lo siguiente: “Los márgenes de beneficios de Estados Unidos alcanzaron niveles no vistos desde las secuelas de la Segunda Guerra Mundial. No es casualidad. Las grandes corporaciones con poder de mercado han utilizado los problemas de suministro como una oportunidad para aumentar los precios y obtener beneficios extraordinarios”. Precisamente por eso Weber es una firme defensora del control público de los precios del mercado.

A fin de cuentas, ¿de qué sirve que el gobierno incremente el salario mínimo interprofesional y las empresas suban un poquito el salario si a continuación estas mismas suben los precios de sus productos o de sus servicios para compensar ese mayor gasto en sueldos? Lo único que se consigue es una pérdida de tu poder económico real. Y un enriquecimiento deshonesto de las empresas, claro. En España, y según el propio Banco de España, “las empresas vieron en 2022 como su negocio creció un 41,3%”, lo que contrasta descaradamente con “el incremento salarial pactado en convenio hasta marzo del 3,06%”. O las empresas muestran compromiso social por voluntad propia o quizás se les debería obligar a hacerlo.