Una de las cosas más desmotivantes del trabajo en las grandes ciudades es el desplazamiento. Primero, porque tienes que levantarte mucho antes de lo que querrías para tener tiempo suficiente para llegar puntual. Segundo, porque nadie te lo paga. Y, tercero, porque suele estar rodeado de condiciones muy amargantes como frío, lluvia, atascos o malas caras en el metro. ¿La mala noticia? El tiempo dedicado a ir y volver del curro en Europa ha aumentado significativamente en las últimas dos décadas. Incluido en España. Cada vez es peor.
Esa es la principal conclusión de una investigación socioeconómica realizada por científicos de la Universidad de Zaragoza. En concreto, utilizaron los datos de las European Working Conditions Surveys de Eurostat para valorar el impacto del desplazamiento al trabajo en las décadas de 1990, 2000 y 2010 en numerosos países del continente. Solo Alemania, Grecia, Portugal y, en menor medida, Austria y Luxemburgo, se salvan. En el resto de países analizados el tiempo perdido en ir a la oficina se ha incrementado. Y eso tiene consecuencias.
Aumenta el estrés y el cansancio
Por un lado, consecuencias en el bienestar de la gente. Como señalan los propios autores del estudio en un artículo en The Conversation, "la investigación ha establecido que los trabajadores que tienen que dedicar más tiempo a ir a trabajar tienden a ser menos felices, a tener un peor estado de salud, a ausentarse más de sus puestos de trabajo y, finalmente, a reportar mayores niveles de estrés y cansancio". Es completamente comprensible que andes buscando una alternativa con teletrabajo que te devuelva esas preciadas horas semanales.
El planeta también pierde
Por otro lado, consecuencias sociales y medioambientales. En palabras de estos mismos expertos, "una mayor duración de estos desplazamientos se ha asociado con pérdidas de productividad, aumentos en las emisiones de gases de efecto invernadero y mayores atascos en las ciudades". Todos perdéis. Tú, tu empresa, la sociedad y sobre todo el planeta. Y aunque el teletrabajo puede ser en muchos casos una solución, hay otras como el fomento de la jornada continua o la promoción del uso de transportes verdes que pueden minimizar los golpes.
Además, la investigación también muestra una evidente brecha de género: "Los hombres dedican más tiempo a ir y volver del trabajo que las mujeres, incluso cuando se comparan hombres y mujeres de similares características de edad, nivel educativo, ingresos, estado civil, ocupación y región de residencia", lo que podría tener que ver con una diferencia en la especialización laboral, en la distribución de la carga de las responsabilidades domésticas y en la realización de actividades intermedias mientras se va y vuelve del trabajo.