El problema de ir y venir en metro todos los días

Recorrer mucha distancia para ir al curro aumenta el sedentarismo, el sobrepeso y la mala higiene del sueño

El metro no es el problema. Tampoco el autobús. Ni el coche si lo tienes. El problema, según una investigación reciente basada en los datos de la Encuesta Longitudinal Sueca de Salud, realizada con 13.000 participantes de entre 16 y 64 años, es que las personas que tienen el trabajo lejos de casa y deben recorrer más de cinco horas semanales para llegar hasta allí y volver a su hogar presentan muchas más probabilidades de ser personas físicamente inactivas que aquellas que viajan semanalmente entre una y cinco horas para trabajar. Quizás por una cuestión de falta de tiempo libre para hacer ejercicio. Quizá porque experimentan más estrés y solo quieren tumbarse al llegar a casa.

En cualquier caso, y como comentan desde El Confidencial, medio que difunde la investigación en nuestro país, un mayor sedentarismo no es la única consecuencia de que te desplaces demasiado para ir a la oficina. Además, las personas que echan más de cinco horas en metro, en bus o en coche para llegar al curro también experimentan más problemas a la hora de dormir y un mayor sobrepeso a largo plazo. Y eso no es todo: “Los análisis también mostraron que los participantes eran más propensos a tener hábitos nocivos como sentir que necesitaban beber a primera hora de la mañana para calmar los nervios o hacer frente a la resaca cuando su lugar de trabajo estaba cerca de bares”.

En definitiva, la distancia de tu hogar a tu trabajo puede condicionar seriamente tu estado de salud y en consecuencia tu bienestar. Por eso es recomendable tener este factor en cuenta a la hora de escoger un curro. Piensa que si la oficina no está lejísimos, si es relativamente accesible, podrás llegar hasta ella a pie o en bicicleta, lo que disminuirá considerablemente tu sedentarismo físico. Además, una oficina cerca de casa también proporciona mayor tiempo libre y menor cansancio físico y mental, de manera que tienes más tiempo, más energía y más motivación para ir al gimnasio por la mañana antes de currar o por la tarde nada más salir. Son detalles que van marcando diferencias.

Dicho eso, y como indican desde el citado medio, sería importante investigar si estos resultados “son similares para las personas que viven en diferentes regiones del mundo, ya que el estudio solo se realizó con personas en Suecia”. Sea como sea, todo parece indicar que efectivamente la localización del trabajo influye en el estilo de vida, por lo cual debe tenerse en cuenta tanto individualmente como colectivamente. Por ejemplo, planificando y desarrollando “ciudades que tengan en cuenta varios aspectos de la vida residencial”. O optimizando los transportes públicos para reducir los tiempos de desplazamiento. O potenciando el trabajo híbrido. Soluciones hay.