A menudo parece un callejón sin salida: las empresas demandan experiencia para muchos de sus puestos de trabajo y tú no la tienes, lo que implica que no puedes acceder a un empleo para conseguirla. Un bug en el sistema. Uno que hace que muchísimas personas se desesperen durante los primeros años de su vida profesional. Sin embargo, el sistema tiene sus huequitos. No son muchos, pero los tiene. Y la psicóloga de recursos humanos especializada en búsqueda de empleo Eva Porto explica en trabajo cómo aprovecharlos bien.
Empieza de menos a más
El primer paso sería definir tu objetivo principal. Porque en este momento de tu vida puedes querer simplemente sacarte un dinerito mientras sigues estudiando o puedes querer comenzar ya en serio tu carrera profesional. En el primer caso, dice Porto, "aplica a empleos que no suelan demandar experiencia como camarerxs, repartidorxs, profesorxs de clases particulares o cajerxs". En el segundo caso, "busca portales de empleo para buscar voluntariado relacionado con tu sector, cursos que incluyan prácticas y becas". Localiza todos los huecos.
Complementariamente, y en el paso dos, desarrolla las herramientas de búsqueda de empleo como el currículum. No, no tienes experiencia que incluir en el mismo, pero puedes añadir "estancias en el extranjero, formación académica, formación complementaria, logros académicos, proyectos propios, actividades extracurriculares e incluso hobbies si están relacionados". Lo más importante aquí es que todos esos datos estén vinculados directamente con el puesto de trabajo al que postulas. Así que tendrás que retocar tu CV para cada caso concreto.
Muévete por el sector
El paso tres consiste en hacer networking. Por un lado, de manera offline, difundiendo por ahí que estás buscando curro de lo tuyo. Así te podrán remitir ofertas de las que no habrías tenido constancia por ti mismo. Y, por otro lado y muy especialmente, de manera online, sobre todo a través de Linkedin. En palabras de Porto, el truco está en tratar de aportar valor en esta red social: "No tengas miedo a hablar. Aunque no tengas experiencia, estoy segura de que tienes muchísimo que aportar". Muestra participación e iniciativa. Pero con humildad.
El paso cuatro es el cuidado de las entrevistas. Porque llegarán. Aquí Porto anima a mostrar confianza, a demostrar conocimientos, a tener una buena actitud y a preparar la entrevista. "Puedes practicar las respuestas a las preguntas más habituales. Te prometo que no innovan tanto en las entrevistas". Y por último, el paso 5: ser consciente de que habrá muchísimos noes, pero que todos ellos te están acercando al sí poquito a poco. Ah, "y si te sientes cansadx, tranquilx, a todxs nos pasa: aprender a descansar, pero nunca te rindas".