Las vacaciones de verano son el sueño de la clase trabajadora que no ha podido convertir su vida cotidiana en algo soportable ni transformar el capitalismo para empoderarse ante los empresarios, acabar con la plusvalía y tener una vida digna. Así que necesita desconectar unas semanas al año. Pero el sueño de verano se puede convertir en una pesadilla si unx no tiene dinero para una escapada. ¿Cómo sobrevivir a eso?
Vacaciones low cost
Un trabajador sin vacaciones es un peligro de contenedores quemados y, como amamos a nuestros contenedores, ahí van algunos consejos para que tú también puedas irte de vacaciones y se te quiten las ganas de destrozar el mundo por unos días.
1. El techo de gasto: El primero es ser realista y ponerte un tope de gasto en vacaciones como hace la Unión Europea con sus países más apuradillos. Si tienes la paga doble de junio te será más fácil calcularlo, pero cuenta que con menos de 500 euros es casi imposible irse mucho más allá de un fin de semana.
2. Me da igual dónde ir y cuándo: Después, si puedes compra los billetes de avión con tiempo y, si no tienes muy claro adónde quieres ir o te da un poco igual, poner en el buscador de vuelos ‘Cualquier lugar’ como opción y que así te encuentre la opción más barata. Eso sí, una vez veas el destino, no olvides consultar cómo están los precios en aquel país, porque por barato que esté un billete a Francia, a Reino Unido o a Nueva York, allí te vas a gastar mucho más que en Grecia, Portugal o la mayoría de países de Latinoamérica y del Sudeste asiático. El combo billete barato en país barato te saldrá mejor. Ah, si puedes evitar agosto seguramente pagues un poco menos y si evitas las idas de viernes y los regresos en lunes o domingo, también.
También puedes buscar la opción de viajar en tren o en autobús a un destino más cercano o, si sois un buen grupo, alquilar un coche.
3. Dormir barato sin ronquidos ajenos: A la hora de buscar alojamiento, aunque parezca que ha desaparecido, todavía existe el Couchsurfing, que además puede ser una buena oportunidad para conocer a gente local y no pagar nada. La opción más de gorras siempre es hacer memoria para ver si algún familiar o amigo tiene alguna residencia que te pueda prestar o alquilar barata.
Si nada de eso te convence, el hostel es la opción más barata, pero si no quieres escuchar ronquidos ni oler pies de desconocidos o prefieres un poco de intimidad, Airbnb suele ser una opción más barata que los hoteles. Si tampoco quieres contribuir a la gentrificación de esta empresa, webs de descuentos como Lastminute.com o Atrapalo.com pueden tener alguna opción de pensión u hotel barato.
4. Que vivan los descuentos: Haz memoria por si tienes algún cupón de descuento de alguna tienda que olvidaste, o si llevas acumulados puntos de la aerolínea y se te ha pasado, porque la opción de los descuentos siempre viene bien.
5. Culto al tupper: A la hora de comer, la mejor opción siempre es aquella con cocina nuevo punto favorable a los apartamentos o hostels por encima de hoteles para poder cocinar tú mismx y llevarte tu tupper, pero cuando eso no es posible la comida callejera suele ser la más barata. Fíate de Tripadvisor y huye de los restaurantes con carteles en inglés o los que se encuentran en las zonas más turísticas.
6. Planificando que es gerundio: Todos estos consejos deben ir de la mano de una máxima: planifica. Planifica qué harás con el cepillo de dientes y la pasta, con el champú recuerda botes pequeños para que te los dejen meter en el avión, cuántos días comerás fuera, qué presupuesto medio tienes para comer fuera, a cuánta gente comprarás souvenirs y qué presupuesto tienes para souvenirs. En términos generales, la planificación es el mejor amigo del ahorro y la impulsividad, su mayor enemigo.