Así podrían ser las civilizaciones extraterrestres

¿Ojos saltones? ¿Has pensado que quizás no necesitaran ni tener ojos?

Una de tus más increíbles habilidades como sapiens es tu imaginación: una capacidad bestial para pensar nuevas imágenes a partir de la información del mundo que ya tienes. El problema es que, cuando se trata de imaginar cómo serían físicamente los alienígenas, partes de una información extremadamente limitada. La de este mundo. La de los seres humanos. La de los animales de la Tierra. No tienes datos de los mundos de los que provendrían esos seres y, en consecuencia, tus probabilidades de acertar son verdaderamente escasas.

Piensa por ejemplo en los ojos. Si ahora mismo imaginas un extraterrestre inteligente, le pondrías algún ojo de algún tipo en algún lugar. No obstante, y como apuntan desde El Confidencial, "en las profundidades del océano o en el interior de las cuevas, algunos organismos no tienen ojos porque no los necesitan". Y eso podría ser aplicable a alguna civilización alienígena que nos visitara: puede que su planeta natal no fuese alcanzado por la luz de ninguna estrella. ¿Para qué iban entonces a desarrollar ojos? Serían genes desperdiciados.

¿Más de dos patas?

Las extremidades tampoco son una certeza. Después de todo, algunas civilizaciones extraterrestres podrían flotar en las nubes de algún gigante gaseoso a causa de una muy baja gravedad. O podría ocurrir lo opuesto: "En un planeta con mayor gravedad, los animales podrían necesitar más patas para permanecer estables" de las que tenemos en la Tierra, explican desde este mismo medio. Lo que sí está claro es que deberían tener mecanismos para manipular herramientas o no habrían avanzado tecnológicamente. Sean brazos, lenguas o tentáculos.
 

Y hablando de tentáculos... "algunos apuntan que los aliens podrían tener en realidad la forma de un animal bien conocido por todxs: el pulpo, nuestro pariente más lejano en términos evolutivos y una especie muy antigua". Sin embargo, es una mera hipótesis que no posee evidencia científica alguna. Una vez más, no es más que nuestra imaginación operando a partir de lo que conocemos. Como cuando pensamos en las alas. Quizás pequeños cambios iniciales hayan generado en otros mundos soluciones muy distintas para volar. Es un enigma.

En cuanto a los expertos, algunos dicen que podrían parecerse a los personajes de Star Trek. Otros que podrían parecer máquinas gigantes como en la película NOP. De nuevo, triplazos. Porque, en resumen, y sintiéndolo mucho, no tenemos mucha idea de cómo podrían ser los alienígenas, pero está claro que no serán de ninguna de las maneras en las que los hemos imaginado en libros, ilustraciones y películas. Nuestro imaginario sobre ellos es un saco de tonterías enorme. Y quizá está bien que no lleguemos a conocerlos nunca. Tampoco sabemos nada de su psicología.