‘Dermaplaning’: dudas y riesgos de esta tendencia

La nueva tendencia de belleza sobre afeitarse el vello facial genera una serie de dudas que intentamos resolver

Igual has visto algún vídeo, igual te lo ha contado una amiga. Pero, ahora, te lo estás preguntando de verdad: dermaplaning, ¿sí o no? Bueno, la respuesta es compleja. Lo que llamamos “afeitarse la cara”, es conocido en el mundo de la estética como dermaplaning y se ha convertido en un procedimiento cosmético cada vez más popular. Pero ¿cuánta de su fama es fruto de la presión estética? Vayamos al detalle.

En el dermaplaning se utiliza una cuchilla afilada para raspar suavemente la superficie del rostro, eliminando tanto el vello fino conocido como peach fuzz como las células muertas de la piel. Al hacerlo, muchas personas aseguran experimentar un rostro más suave, brillante y con una textura más uniforme. Pero, como todo lo que vemos en las redes, ¿es real?

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Cuando se realiza por un profesional, como un dermatólogo o un esteticista, el dermaplaning garantiza la seguridad del procedimiento. Tras una sesión de dermaplaning, es común que la piel luzca instantáneamente más luminosa, y también el maquillaje queda de manera más uniforme y se ve más natural.

Uno de los beneficios más destacados de este tratamiento es la mejora en la absorción de productos para el cuidado de la piel. Después del dermaplaning, los sueros y cremas penetran de manera más efectiva, lo que maximiza su eficacia. Además, al eliminar las células muertas que pueden obstruir los poros, algunas personas notan una reducción en la apariencia de puntos negros y granitos, lo que contribuye a una piel más clara.

No todo son ventajas

Sin embargo, aunque el dermaplaning tiene muchas ventajas, también conlleva ciertos riesgos, especialmente si se realiza en casa. La posibilidad de cortes o microtraumas en la piel es mayor cuando se utiliza una cuchilla inadecuada o cuando no se sigue la técnica correcta. Estas heridas pueden irritar la piel o, en casos más graves, causar infecciones. Por lo tanto, es crucial mantener las cuchillas limpias y reemplazarlas con regularidad para evitar cualquier complicación.

Y ahora sí, vamos a la cuestión de si te saldrán pelos más gruesos o no: es un rumor. Aunque el vello puede parecer más áspero al tacto debido al corte en un ángulo diferente, su textura no cambia después de afeitarlo. Ahora bien, el dermaplaning puede no ser adecuado para todxs. Aquellas personas con piel sensible o condiciones cutáneas como eczema o acné podrían experimentar un empeoramiento de sus síntomas tras el tratamiento.

La fricción generada por la cuchilla puede provocar irritación adicional, lo que podría resultar en brotes o enrojecimiento. Generando un efecto adverso al que buscamos con el dermaplaning. Por lo que en este caso, es mejor consultar con un dermatólogo antes de iniciarnos en este mundo por nuestra cuenta. Y, sobre todo, antes de lanzarte a ello, pregúntate si realmente quieres hacértelo o es, simplemente, algo fruto de la presión estética.