Hasta hace muy poquito, la mayoría de lxs trabajadorxs fantaseaba con tener una larguísima y ascendente carrera en una misma compañía o, como poco, en una misma disciplina profesional. Pero eso ya no es así. La revalorización del tiempo personal, de la reinvención laboral y del trabajo como oportunidad de realización han provocado que hoy pienses de otra manera: mola cambiar de trabajo, incluso aunque no haya quejas en el actual, simplemente por enfrentarte a nuevos desafíos y vivir nuevas aventuras. Y, según cuentan dos cazatalentos, debes considerar seriamente los siguientes cinco factores claves a la hora de planteártelo.
En primer lugar, tu empleabilidad. Como apunta Puri Paniagua en Business Insider, "cada profesional tiene que valorar en cada momento que debe ser responsable de su empleabilidad a lo largo del tiempo". Es decir, de tu capacidad para adaptar tus habilidades al mercado. Así podrás enfocarte en empresas o sectores que la aumenten y alejarte de aquellas que podrían condenar tu empleabilidad. En segundo lugar, y en una línea muy similar, estos expertos aconsejan mirar por tu posicionamiento en el mercado. Debes preguntarte "cuánto ganas o pierdes cambiándote de puesto de trabajo o incluso de sector". Un poco de mirada de futuro.
Porque no todo reside en el corto plazo. Sí, conseguir un trabajo más divertido o con mejor retribución tiene sus claros beneficios, pero también debes tener en cuenta el medio plazo. En palabras del propio Pan, "tu valor depende de las compañías en las que estás y cualquier que haya trabajado en Google o en Amazon es súper solicitado". Quizás esa oferta no sea tan golosa económicamente en un principio, pero te abra muchas más puertas en el futuro. Y no están pidiéndote que pienses a treinta años vista. Sencillamente se trata de no mirar exclusivamente a lo que tienes delante. En el punto medio, en el equilibrio, está el éxito.
En cuarto lugar, dicen estxs especialistas, tienes que identificar las empresas en las que te haría ilusión trabajar y estudiarlas en profundidad. Porque cambiar de empleo, aunque mucho menos trascendental que hace una décadas, sigue siendo un paso muy importante. En ese sentido, dice Paniagua, "el candidato debe conocer de primera mano qué problemas tienen, en qué situación están, qué tipo de profesionales contratan y cómo contratan". Y estar muy atentos hasta que se abran las oportunidades. Como dice la cazatalentos Sara Bieger, "muchas veces lo que requiere es un tiempo para que esto pase en empresas que encajo".
Por último, hay otro factor que debes valorar: los contactos. Y en dos sentidos diferentes. Por un lado, en cuanto a lo que pueden aportarte tus contactos actuales. En palabras de Paniagua, "tienes que activar las palancas que tienes para acceder a esas potenciales posiciones, que son las redes sociales, los headhunters y los contactos". Y, por otro lado, en cuanto a los contactos que puedes conseguir en potenciales nuevos trabajos. No se trata de cambiarse de curro para conocer a determinadas personas, pero es un punto a considerar. Al fin y al cabo pueden abrirte las puertas a mundos maravillosos. Siempre con un ojo aquí y otro en el mañana.