Los pobres son cada vez más pobres y los ricos son cada vez más ricos. El mundo al revés. Durante los casi dos años que hace que empezó la pandemia, las diez personas más ricas del mundo ¡ojo! han doblado su riqueza. Por otro lado, el 99% del resto de habitantes del mundo, nos hemos empobrecido y, en general, hemos visto disminuir nuestros ingresos mensuales. Para que flipeis un poco, vamos a poner cifras. Las diez principales fortunas han pasado de tener acumulados unos 700.000 millones de dólares a tener unos 1,5 billones de dólares más de 1,3 billones de euros. Al menos los de letras, con tantos ceros nos perdemos.
Una de las entidades internacionales que ha puesto el grito en el cielo es la organización sin ánimo de lucro Oxfam. “Se trata del incremento más grande de riqueza de los multimillonarios desde que tenemos registros”. Casi nada. Para qué después digan que la pandemia nos ha afectado a todos por igual. El director de Oxfam, Franc Cortada, dijo que “nunca ha sido tan urgente como ahora poner fin a unas desigualdades tan violentas y obscenas” y que se debe “romper la acumulación de poder y de riqueza extrema”.
En el caso concreto de España, la organización internacional constata que los recortes en sanidad han pasado factura y aún hacen las desigualdades más violentas. “Se deben revertir las políticas de recortes en sanidad y protección social”, dice Oxfam.
También recuerda que la brecha de género está muy lejos de desaparecer, ni a corto, ni a medio ni a largo plazo. Solo hace falta ver quienes son las diez personas más ricas del mundo para ver otra vez más del privilegio del que disfrutan los señores: todos son hombres, blancos y, casi todos, estadounidenses. Destacan nombres como el de Elon Musk que aún se queja de tributar demasiado, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg o Warren Buffet, quién hace años que viene admitiendo que él paga menos impuestos que incluso su humilde secretaria.
También criticó que la tendencia a la bajada de impuestos en muchos países o la capacidad y facilidad que tienen los ricos para no tributar lo que mínimamente les tocaría, es ¡oh, sorpresa! una de las causas principales. “Es el momento de impulsar medidas fiscales para redistribuir estos beneficios extremos y que se reintegren en la economía real”. Les recordamos que si pagasen un poco más, tampoco les pasaría nada. Ya que, por ejemplo, si las diez personas más ricas del mundo perdiesen el 99,99% de su fortuna, continuarían siendo más ricas que el 99% de la humanidad.