¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando dejas de tener sexo?

Puede que estés más triste y estresado, porque hasta ahora el sexo regaba tu cerebro de oxitocina, dopamina y serotonina, sustancias que además de placer producen sensación de bienestar, calma y autoestima. Además, te bajan las defensas. La actividad sexual aumenta tus niveles de inmunoglobulina, un anticuerpo que defiende el organismo, y de otras hormonas que ayudan al sistema inmunológico. Al dejar de producirlas, te expones más a los virus, hongos y bacterias. Estás menos en forma, porque además de hacerte quemar unas 115 calorías cada media hora (lo equivalente a correr 10 minutos), el sexo libera hormonas que te ayudan a motivarte, a descansar bien y a tolerar mejor el dolor, grandes aliados de un buen entrenamiento. Disminuye tu libido. Cuando deja de recibir las sensaciones de la excitación y el orgasmo durante un tiempo, tu cuerpo se ajusta y deja de buscarlas. Es por eso que en el sexo, cuanto menos tienes, menos quieres. Se te olvidan más cosas, porque la actividad sexual favorece la producción de nuevas neuronas en el hipocampo, la parte de tu cerebro encargada de la memoria a largo plazo.