En alguna página desgastada del manual mileniario de la amistad está escrito que cuando un colega lo deja con su pareja, nos convertimos automáticamente en expertos en desamor. Uno tras uno los componentes del gabinete de rupturas van poniendo sobre la mesa una serie de técnicas sanadoras, atajos o escapatorias al dolor que pasan desde el mindfulness y la limpieza de chakras hasta la farra y la lujuria desenfrenadas. Le digas lo que le digas, el individuo despechado sabe que nada de lo que le propongas es infalible, pero como se ha convertido en una ameba emocional, te deja pegarle la chapa. De todas formas, todo ese despliegue de habilidades acabará en la basura porque en la siguiente página del manual pone que tu amig@ acabará volviendo entre dos y cien veces más con esa persona que no le conviene. ¿Te ha pasado?
